Daniela Pilló, presidenta de AUPA: “El confinamiento ha provocado un aumento del maltrato y ensañamiento sobre los animales abandonados”

PACMA València, AUPA i coordinadors de protectores de la Comunitat Valenciana fan un balanç de quina és la situació dels animals abandonats a València

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Llega el verano, y con ello, una de las fechas más esperadas para la mayoría de la sociedad. No obstante, para algunos esta época del año significará un trauma irreversible. Con la llegada de los periodos vacacionales, aumentan los abandonos de animales domésticos y este año, con el confinamiento, las secuelas tanto físicas como psicológicas son más fuertes en estos seres que, como recuerda Daniela Pilló, presidenta de la protectora AUPA, también son vidas.

Los datos de abandono de animales se mantienen estables, pero no por ello menos escandalosos. Según los datos más recientes publicados por el estudio de Afinity, en 2018 en todo el Estado se recogieron un total de 138.407 animales (104.688 perros y 33.719 gatos). Estos datos suponen que en España se abandonan de media 287 perros y 92 gatos diarios. En esos datos se tiene que señalar que no se tienen en cuenta a todos aquellos que acaban en perreras o muertos, ya que "la mayoría de los animales domésticos abandonados mueren antes de cumplir el tercer día por atropello", cuenta Raquel Aguilar, coordinadora de PACMA València. Desde que en 2008 con el inicio de la crisis se contabilizaran 156.800 abandonos, se ha notado un descenso gradual de abandonos, pero en los últimos años, se ha estancado. ¿Cómo es la situación de los animales abandonados en València?

"Normalmente la peor época del año para los refugios es en Semana Santa y en Fallas porque los regalos de los Reyes Magos y Papá Noel, por desgracia, acaban en la calle. Este año, al no haberse podido celebrar estas fiestas, los abandonos han crecido en junio, con el proceso de desescalada", afirma Daniela Pilló, presidenta de AUPA
Raquel Aguilar, además de ser coordinadora de PACMA València es vicepresidenta a nivel nacional. Durante el confinamiento, ha estado en continuo contacto con las protectoras de València y destaca que afortunadamente no se produjo un aumento de las adopciones de animales domésticos porque las protectoras se adelantaron: "Las protectoras paralizaron todos los procesos de adopción, ya que al no poder desplazarse a los domicilios no podían asegurarse del bienestar de estos animales que ya han sufrido mucho". La única protectora que sí realizó adopciones fue MODEPRAN pero siempre asegurándose de que los adoptantes cumplían con los requisitos. "Los perros y gatos que están en el refugio ya han sufrido demasiado. Muchos llegan enfermos, con patologías e invertimos mucho dinero en su recuperación. No podemos jugárnosla a que el animal vuelva a sufrir otra vez", asegura la coordinadora de PACMA.

En caso de no poder adoptar a un peludo, se puede apadrinar. Desde 5 euros al més se puede contribuir a la desparasitación externa del animal, comida y gastos de veterinario en casi todas las protectoras de la Comunidad Valenciana.

Aunque las adopciones no aumentaran durante el confinamiento sí ha sido evidente un repunte en el proceso de desescalada en los abandonos. "Normalmente la peor época del año para los refugios es en Semana Santa y en Fallas porque los regalos de los Reyes Magos y Papá Noel, por desgracia, acaban en la calle. Este año, al no haberse podido celebrar estas fiestas, los abandonos han crecido en junio, con el proceso de desescalada", afirma Daniela Pilló, presidenta de AUPA. Ella es la encargada de la protectora que lleva los casos de la mancomundiad de la Horta Nord, y cuenta cuál es la situación de los animales que resultan abandonados en verano: "como estamos más próximos a los pueblos, los perros que recibimos son de un tamaño considerable, lo que dificulta su adopción. Estos están acostumbrados a malvivir atados en el exterior hasta que los abandonan". Cuando los animales son rescatados se procede a la lectura del chip, pero en la mayoría de casos no sirve de nada. "Casi el 85% de los perros que encontramos en la mancomunidad de la Horta Nord no llevan chip. Si a eso le sumamos que los datos no están actualizados, encontrar al responsable es casi imposible", asegura Daniela Pilló.

Angela Molina, presidenta de la Coordinadora Animalista de la Comunidad Valenciana que agrupa a entidades de protección animal y protectoras adelanta que es complicado saber si este año será peor que otros anteriores. "En verano se incrementa un 2% los casos de abandono. Lo que sí que es un hecho es que la pandemia está generando una crisis económica y por tanto, se están produciendo más abandonos debido a que las familias tendrán menos ingresos para mantener a sus animales domésticos".

"Lo que sí que hemos comprobado ha sido el aumento de los abandones de animales que estaban en segundas residencias, es decir, aquellas familias que no se podían desplazar para alimentar a sus mascotas por el confinamiento a otros municipios y que han terminado abandonándolas. En fincas y en segundas residencias estamos rescatando a muchísimos animales", señala Molina. Otra de las peores consecuencias de la pandemia es que los que llegan al refugio lo hacen en pésimas condiciones: "El confinamiento ha provocado un aumento del maltrato y ensañamiento sobre los animales abandonados" concluye Pilló.

"Los perros abandonados pueden ser puestos en adopción una vez pasan los 20 días. Pero, cada día que pasa, es comida y cuidados que atender, lo que se traduce en dinero. Por tanto, muchos de los perros abandonados acaban siendo sacrificados".
Los grandes afectados de esta pandemia sin lugar a dudas han sido los gatos. Desde que empezara el confinamiento en casa, las personas encargadas de controlar las colonias de gatos lo han tenido muy difícil: "el control de gatos no está incluido en las tareas municipales. Algunos ayuntamientos de la comunidad son sensibles a este tema, pero, otros lo ignoran por completo. Las colonias de gatos sirven para controlar la población gatuna y del mismo modo, para ahorrar dinero a los contribuyentes. Las colonias las gestionan personas de forma voluntaria, y con ello, además de proporcionar comida o servicio veterinario, también hacen una labor muy importante de castración. Con esto se evitan plagas y se evita que deambulen sin rumbo, por tanto, también se evitan accidentes de coches y con ello un mayor desembolso por parte de los ayuntamientos" cuenta Raquel Aguilar.

Laura Navas es una de esas personas que de forma altruista dedican su vida al bienestar de las colonias gatunas. Ella sola lleva varias colonias en Ontinyent, a base de donaciones anónimas, y tuvo la suerte de que el ayuntamiento le autorizara durante el confinamiento a poder seguir cuidando de ellas, pero, no todos han llevado la misma suerte. "Hay ayuntamientos que han dejado de lado a las colonias y ahora tienen un verdadero problema con la cantidad de gatos que hay y como consecuencia, los voluntarios están sobrepasados", concluye Aguilar.

Una ley que luche de verdad contra el abandono animal

Cuando un animal es abandonado por sus dueños pasa a ser cargo del municipio donde se encuentre. Si tiene chip, se buscarán responsabilidades, pero si no aparece el dueño, pasarán al servicio que tenga controlado el ayuntamiento para estos casos que, mayoritariamente, son perreras. Si pasan 20 días, ya pueden ser puestos en adopción, pero cada día que pasa, es comida y cuidados que atender, lo que se traduce en dinero. Por tanto, muchos de los perros abandonados acaban siendo sacrificados. Esto sucede porque el proceso legal por el que se llevan a refugios es más complejo que llevarlos a perreras, que en ocasiones tienen a tres perros en una jaula de uno, cuenta una de las entrevistadas.

En cuanto a una posible solución, las opciones son complicadas. "Para evitar que esto pase, las administraciones se tienen que concienciar. Por ejemplo, podrían ofertar cursos gratuitos en los ayuntamientos con nociones básicas que aseguren el bienestar del animal. Hay cosas muy simples como poner agua fresca a los perros que la gente desconoce y que con un poco de información, se ahorraría muchísimo sufrimiento", resalta la presidenta de AUPA.

Desde la Coordinadora Animalista alarman "por culpa de la pandemia estamos viviendo una situación dramática. Cuando fuimos invitados por los partidos políticos a la Comisión de Restructuración por el Covid-19 de Les Corts solo recibieron ayudas los que se les consideró como núcleo zoológico. Necesitamos ayudas generalizadas a todos aquellos que luchan por el bienestar animal, ya sean protectoras, refugios o particulares que intentan lo imposible porque no sufran más esas vidas que ya han padecido mucho", sentencia.

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