Más de 27 años han pasado hasta obtener una compensación institucional. En 1992 se detectó, en distintas empresas de aerografia textil de Alcoi, graves afectaciones -principalmente pulmonares- efecto de las precarias condiciones laborales de las trabajadoras: seis muertes y alrededor de 100 afectadas. Una compensación que ha llegado, tal y como detalla el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), por razones humanitarias.
Ayer salió detallado, en Boletín de la autonomía, la concesión de las cuatro primeras ayudas directas para las afectadas por el conocido como Síndrome de Ardystil, una de las empresas donde se produjeron las grandes "imprudencias temerarias", como recoge la sentencia del Tribunal Supremo. El pasado 13 de marzo el President de la Generalitat, Ximo Puig, se reunió con las afectadas del caso Ardystil y señaló el compromiso de "subsanar" los gastos jurídicos que tuvieron que afrontar: "Es un compromiso de la Generalitat desde hace muchísimos años", señaló ayer Puig.
El mismo DOGV señala que la Ley 38/2007, sobre subvenciones, señala la "posibilidad de conceder de forma directa, con carácter excepcional, subvenciones que acrediten razones de interés público, social, económico o humanitario". Es en este último apartado, en especial, en el que se apoya la Generalitat para concede una ayuda directa, sin concurso, a las afectadas: "Resolución por la que se regula y concede una subvención directa, por razones humanitarias, como persona afectada por el denominado síndrome de Ardystil".
Como señaló Puig, esto supone el inicio de cierre de un capítulo que la propia Generalitat en 1993, con el socialista Joan Lerma i Blasco como President, se comprometió a esto: "La Conselleria de Trabajo y Asuntos Sociales se hará cargo de los gastos que originen la defensa jurídica de los afectados. Cada uno de los afectados podrá en este sentido elegir el abogado que más confianza le merezca". Sin embargo, aunque la sentencia definitiva llegó en 2005, los gobiernos populares de Francisco Camps y Alberto Fabra, desoyeron el compromiso y no se reunieron con las afectadas.
"Hemos estado 20 años enviando cartas y (Francisco) Camps no nos quiso recibir y él se lo perdió. Ahora he visto voluntad de recibirme porque creo que tengo el derecho de reclamar no para mí, sino para el grupo", señaló Consuelo Ragüés tras la anterior reunión, que perdió a dos hijas por el síndrome.
Así, Puig señaló ayer a los medios de comunicación que "desgraciadamente", con los anteriores gobiernos populares, "no se hizo justicia con aquellas personas trabajadoras". "Para mi es, desde luego, una satisfacción que hoy se empiece a hacer justicia con las afectadas de Ardystil".
Inhalación de productos tóxicos
El caso del posteriormente conocido como Síndrome de Ardystil se remonta a 1992. Ardystil era, precisamente, la primera empresa en la que se estampaban telas en la que se documentaron casos.Las afectadas -en su mayoría mujeres-, presentaban síntomas graves de insuficiencias respiratorias, semejantes a la neumonía o bronquitis. Los casos se desarrollaron por la inhalación de diversos productos -que agravaban entre sí sus efectos-, en condiciones lejos de la legalidad: sin mascarillas o estas sin cambiar los filtros; con las ventanas cerradas por el frío de la zona pero sin un correcto sistema de ventilación; trabajo en negro.
Lola, otra afectada que acudió a la reunión con el President el pasado marzo, señaló que cuando trabajó en una de las fábricas -donde empezó con 15 años-, "no había ventiladores ni mascarillas".