“Fue muy emocionante. Por fin, nos pudimos abrazar”

La residència Ballesol ha instal·lat un arc de les abraçades per a facilitar el contacte físic entre residents i familiars

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Reencuentros, lágrimas de emoción y, sobre todo, muchos abrazos. Pero no los abrazos de siempre, sino otros mucho más seguros, que han permitido que personas mayores pudieran volver a sentir a sus familiares tras meses de confinamiento. La residencia Ballesol ha habilitado un arco de los abrazos, que consiste en un panel de plástico que se higieniza después de cada uso, y que ha dado la oportunidad, a las personas residentes, de reencontrarse con sus familiares de una manera mucho más cercana y humanizada.

"Después de tres meses, es muy emocionante", explica Mayte Guerrero, directora de Ballesol Serrería, a este diario. "Conocimos esta iniciativa a través de un proveedor y nos pareció una excelente idea. Es una experiencia maravillosa y, sobre todo, es muy emocionante ver todos esos reencuentros. Es cierto que, durante toda la crisis sanitaria, las personas residentes han tenido comunicación con las familias a través de videollamadas, pero el arco de los abrazos va mucho más allá porque las personas tenemos la necesidad de sentirnos, de proximidad".

Además, tal y como explica Mayte Guerrero, "fue una sorpresa para las familias". "Nosotros tenemos un protocolo de seguridad e higienización en la entrada de la residencia. Después de realizar todas las medidas, les preguntábamos si querían abrazar a sus familiares… y la verdad que esos encuentros han sido indescriptibles".

Trinidad Cosials, residente de Ballesol Serrería, cuenta, con emoción, cómo fue el reencuentro con su hija. "He tenido comunicación con ella a diario, pero ayer fue diferente, muy bonito. Por fin, nos pudimos abrazar y fue una emoción muy grande".

La pandemia ha afectado, en mayor medida, a las personas mayores. Por eso, reforzar la seguridad era una prioridad. "Han sido meses muy complicados. Pero teníamos claro que queríamos reforzar el apoyo psicológico tanto para el personal, como para residentes y familiares", y añade, "pudimos adelantarnos y adquirir material de protección para los y las trabajadoras y, por supuesto, hicimos formación para poder hacer frente a esta situación, pudiendo mantener, dentro de lo posible, la rutina en la residencia".

"Nos han tratado muy bien. Nos hemos sentido muy seguros y, además, lo hemos pasado bien", apunta Trinidad Cosials.

Ahora, es momento de volver a la normalidad. Por eso, en la residencia Ballesol Serrería han lanzado el programa Reactívate "para trabajar el cuerpo y la mente". "Hemos programado talleres como taichí, pequeños grupos de gimnasia o programas individualizados de fisioterapia. Además, a nivel psicológico, ya hemos empezado a trabajar en grupo porque es muy importante para los y las residentes volver a la normalidad con todas las medidas de seguridad", concluye Mayte Guerrero.

El confinamiento nos ha hecho darnos cuenta de lo realmente importante y, con este arco, la residencia Ballesol ha devuelto a las personas residentes los abrazos de sus familiares.

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