La amenaza de las aportaciones un 400% menores de agua a la Albufera

L’Ajuntament i la Conselleria negocien fixar un mínim de 8 hectòmetres cúbics per al llac, lluny dels 70 desitjats però molt superiors als 0 assignats

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A la regulación del caudal del Xúquer le queda poco de ‘natural’. Desde el pantano de Contreras, Tous y Alarcón, se controla en gran medida el agua que lleva hasta la costa valenciana. Tanto ha cambiado durante los siglos la hidrografía, que ahora es esencial su aporte ‘artificial’ de agua a la Albufera, varios kilómetros al norte de su desembocadura natural, para la supervivencia del tercer humedal de España.

Tras siglos de transformaciones demográficas y, con ellas naturales, los mayores aportes de agua a la Albufera no llegan, precisamente, de su cuenca hidrográfica, sino especialmente del Xúquer. Un total de 63 acequias desembocan el agua sobrante de los riegos de l’Horta en la Albufera; 63 canales cuya conexión nace en dicho río. Se trata de una red cuya configuración se fraguó ya en época romana y se consolidó, especialmente, durante la época musulmana.

Actualmente, sólo el 14% de los aportes de agua son naturales de la cuenca del lago, y un 9% del cercano Túria. Un 77%, y por tanto determinante, proviene del Xúquer.

Con el tiempo, y en especial tras el “colapso ambiental” de finales de los 60, con un gran número de vertidos urbanos e industriales, un mayor aporte de caudal al lago se ha convertido de vital importancia. Según señaló Antoni Marzo a València Extra, Director General de Medio Natural y Evaluación Ambiental, las políticas aplicadas desde 1986 -cuando se nombró a la zona parque natural- y, en especial, desde 2015, se ha llegado a una situación mejor que es necesario “consolidar”.

Un 400% menor

Recuperación de macrófitos en la Albufera // Pablo Vera, SEO Birdlife

El agua limpia y cristalina de la Albufera de principios de los años 60 dio paso, ya en los 70, a agua turbia y verdosa. El exceso de nutrientes y vertidos en el agua llevó la calidad ambiental del agua a mínimos, con una gran proliferación de microalgas que disminuyen la transparencia y el oxígeno disuelto. Se hizo común la imagen de bancos de peces muertos por la contaminación.

Desde 2011 los niveles de clorofila en el agua, indicativo de la calidad del agua -a más, peor-, iniciaron una tendencia a la baja. Se inició así un lento y delicado camino de vuelta desde una situación de hipertrofia -exceso de nutrientes-, que permite la lenta aparición de la flora autóctona que, a su vez, ayuda a la limpieza del agua. Con el apoyo de los filtros verdes y un mayor control sobre los vertidos a la Albufera, pues ahora son ilegales, la calidad del agua aumenta. Falta, sin embargo, que aumente su caudal, mucho menos que el histórico.

Según Marzo, el “caudal que llegaba hace unos 50 años era de 400 hectómetros cúbicos anuales”. “Ahora nos alegramos si llegan 100 al año”, asevera. Una gran reducción del 400% del agua que llega a la albufera. Más agua limpia, se traduce en una mayor circulación del agua, limpieza de esta y, por tanto, un nuevo punto de apoyo para la recuperación ambiental del lago.

Desde Medio Natural y Evaluación Ambiental, dependiente de la Conselleria de Medi Ambient, con Mireia Molla al frente, apuntan a la necesidad de aumentar el caudal del Xúquer a la Albufera y “además distribuirlo según la estacionalidad, para coincidir con la perellonà”. La perellonà es uno de los efectos estacionales más notorios del parque natural, aunque cada vez menos; la inundación de los cambios de arroz en invierno gracias al aumento de las lluvias.

El Alcalde de València, Joan Ribó, también apuntó a la necesidad no solo de aumentar el caudal, sino de establecer un mínimo obligatorio. “La Albufera necesita más aportaciones de agua del Xúquer, y hasta ahora no se está avanzando”, señalaba hace unos meses, el mismo día en que se firmaba el nuevo acuerdo de gobierno progresista para València. Es una demanda dirigida, directamente, a la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Gobierno Central.

"0 hectómetros"

Desde la Concejalía de Conservación de Áreas Naturales y Devesa-Albufera, Sergi Campillo incide en la necesidad de establecer dichos mínimos. Tal y como resaltaron desde el Consistorio en un informe de 2018, la mayor aportación de agua de la Albufera depende de la Confederación Hidrográfica del Xúquer. Una aportación necesaria pero que ahora, la normativa, no contempla: "Tenemos una asignación de 0 hectómetros cúbicos".

Según apunta el Concejal, se encuentran en una negociación con la Confederación para que lleguen "8 hectómetros sin condicionarlos a la modernización de los sistemas de ahorro del agua para el riego". Según el último plan, al que el Ayuntamiento presentó alegaciones, el caudal para el lago dependía, de forma hipotética y futura, a esta modernización y a cuestiones ambientales.

Si llegaran esos 8 hectómetros mínimos, sería "un paso muy importante" para mantener un caudal de agua limpia, pero aún así queda lejos de los cálculos idóneos, que se sitúan en 70 hectómetros cúbicos.

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