La Alqueria Julià, una auténtica joya del siglo XVII transformada en la Casa de la Música de València

Aquest espai històric serà la seu de la Federació de Societats Musicals de la Comunitat Valenciana

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Casa de la Música. Alqueria Julià
Casa de la Música. Alqueria Julià

Las sociedades musicales, sin duda, se alzan como los principales agentes de conservación y potenciación de la tradición musical valenciana, pero ahora, además, la recién rehabilitada Alquería Julià, declarada Monumento Artístico Nacional en 1978 y Bien de Interés Cultural en 2007, se convierte en el gran espacio donde todo el patrimonio cultural y artístico se aúna para transformarse en la Casa de la Música, sede de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV).

Situada en el barrio de Nou Moles, la Casa de la Música se abrirá al barrio que la acoge, supliendo las necesidades culturales de los vecinos y vecinas de este barrio valenciano que llevan años reclamando la restauración de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Así, y con ese ánimo de integrarse en la vida diaria del barrio, este espacio abrirá las puertas a todo aquel que quiera disfrutar de este inmueble de gran valor histórico y artístico, pero también el uso de sus instalaciones.

El alcalde de València, Joan Ribó, visitó las instalaciones junto con la concejala de Recursos Culturales, Gloria Tello, y destacó "el papel del Ayuntamiento de València en la tramitación de la licencia y como facilitador entre las diferentes instituciones para hacer posible que hoy las sociedades musicales tengan su casa en la Alqueria Julià, un edificio protegido del siglo XVII". Así, señaló que "con 550 sociedades musicales, muy bien podemos afirmar que el paraíso de la música, en cuanto a sociedades musicales, no es Viena, Alemania o Rusia. El paraíso de la música popular es la Comunitat Valenciana".

¿Cómo es la Casa de la Música de València?

Con casi 2.000 metros cuadrados, la Alquería Julià se distribuye en dos alturas, un torreón y un patio con jardín. Así, la planta baja se dedicará a las actividades culturales de la Casa de la Música, y cuenta con tres salas, biblioteca y sala de partituras, fonoteca y videoteca y un aula multiusos.

El espacio expositivo para la interpretación de la alquería se sitúa en la primera planta, donde se encuentran las pinturas y las bóvedas más relevantes, así como la escalera de caracol por la que se accede al torreón, que se mantiene como un espacio de visita ocasional para grupos reducidos.

Además, se ha construido una nueva sala de ensayos, con una superficie de 200 m², que acogerá las actividades que desarrollen las agrupaciones. Finalmente, el auditorio se proyecta debajo del jardín, y se accede tanto, de forma independiente, por el propio jardín, como a través de la planta baja. Ambos accesos desembocan en un jardín italiano.

La Alqueria Julià, sinónimo de historia

La Alquería Julià, uno de los escasos ejemplares de alquería valenciana del siglo XVII que todavía se conservan, ha sido testigo de algunos de los grandes momentos de la historia. Sus muros han acogido a San Vicente Ferrer o la Reina Isabel II, que pasó la noche en la alquería mientras María Cristina renunciaba a su condición de regenta; pero también han presenciado cómo se tomaron las decisiones que cambiaron el rumbo de la ciudad.

Hasta principios de los años 90, esta alquería también fue conocida por albergar el Colegio de Santa Bárbara y, más tarde, fue utilizada por las distintas asociaciones culturales y recreativas de los colectivos vecinales del barrio. Ahora, la Alquería Julià, que comparte protección con otros enclaves destacados de la ciudad como las Torres de Serranos o el Mercado Central, vuelve a llenarse de vida y, sobre todo, de música.

LA RESTAURACIÓN, EN IMÁGENES

 

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