Más de 400 vecinos participan en la cena del hambre de Puçol

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Febrero es el mes de la cena del hambre. Una tradición que mantienen las dos parroquias de Puçol, Santa Marta y los Santos Juanes, para colaborar en un proyecto común de Manos Unidas, en esta edición la construcción de aulas, almacenes y un depósito de agua en una escuela de Zimbabwe. Más de 400 vecinos han colaborado este año en la cena solidaria celebrada el viernes 7 de febrero… realizando un donativo para degustar pan con aceite y una naranja.

¿El objetivo? Reunirse una noche a cenar de forma ligera y solidaria, tras pagar una cuota de 3 o 5 euros destinada íntegramente a un proyecto de ayuda. Y hacerlo todos juntos, ya sean vecinos de Puçol, El Puig, Massamagrell, Albuixech y así hasta llegar a Alboraia, es decir, todos los pueblos de l’Horta Nord que forman parte del Arciprestazgo de Santa María del Puig.

El año pasado, la suma de esfuerzos permitió equipar un quirófano, una sala de partos y un departamento dental en el hospital de Nkhamenya. Este año el desafío se sitúa en la escuela de Gokwe, al nordeste de Zimabwe.

«Es una de las zonas más pobres del país, donde la gente se dispersa en pequeñas aldeas, viviendo de la agricultura de subsistencia y con escuelas que son insuficientes para atender a una población creciente», explicó Paco Claramunt presidente de Manos Unidas en Puçol, al inicio de la cena del hambre de la parroquia Santos Juanes, celebrada en el Sindicato Agrícola. «El objetivo este año es conseguir los casi 96.000 euros que cuesta construir cuatro aulas, cuatro almacenes para el equipamiento de esas aulas y un depósito de agua en una escuela que en la actualidad tiene 473 alumnos».

En torno a 250 vecinos apoyaron directamente con su presencia el proyecto en los Santos Juanes, aunque también ha habido aportaciones de fila cero de quienes no podían acudir esa noche a la cena, pero querían colaborar con la iniciativa.

También se quedó pequeño el Centro Júnior Apocalipsis, de la parroquia Santa Marta, donde el sacerdote Vicente Gozálvez explicó —ante algo más de 150 asistentes— las actuaciones que pretende llevar adelante Manos Unidas en la campaña anual nº 61, bajo el eslogan «Quien más sufre el maltrato del planeta no eres tú. Colaborar está en tu mano».

Para potenciar la participación y agradecer la presencia de los vecinos, ambas parroquias organizan rifas solidarias y sorteos entre los asistentes, con detalles cedidos por patrocinadores de la campaña. Todos aportan su granito de arena para ayudar a mejorar la escuela que los Misioneros Claretianos tienen la población de Gokwe, en Zimbabwe.

Los dos locales llenos es una demostración de que el apoyo a Manos Unidas continúa creciendo en Puçol y en la actualidad ya son cinco los lugares que colaboran en la campaña contra el hambre: los Santos Juanes, Santa Marta, la parroquia de Alfinach, el convento de las Carmelitas Descalzas y el colegio Virgen al Pie de la Cruz.Y es que a veces ser solidario es tan sencillo como pagar una cena y, a cambio, degustar un trozo de pan con aceite y una naranja.

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