Mitchell Langerak llegó en la jornada de ayer a la disciplina azulgrana y se alistó para la cita ante el Real Madrid en el Estadio Santiago Bernabéu. El cancerbero esbozó una profunda sonrisa y no dudó cuando se le cuestionó si estaba preparado para afrontar la cita ante el colectivo que ejercita Zidane. “Estoy listo. Es un desafío jugar contra el Real Madrid fuera de casa, pero no es un problema”, advirtió con contundencia utilizando el inglés como forma de expresión en su presentación oficial como nuevo componente de la plantilla levantinista del ejercicio 2017-2018. “He venido para eso”, añadió efectuando una especie de manifiesto que encierra toda una declaración de intenciones. La frase compendia el significado que entraña para el guardameta australiano hacer las maletas para cambiar Alemania por el Este de la Península Ibérica con el fin de asentarse en Valencia. En ese sentido, ofreció más pistas al incluir en el catálogo de sus preferencias el sol que ilumina el cielo valenciano.
Langerak tiene claro los tiempos que maneja. “Lo que tengo que hacer ahora es entrenarme. No sé si tardaré una semana o dos meses para entrar en el equipo, mi deseo es entrenarme”. El meta asume la profundidad del reto que implica el trasvase en dirección a LaLiga Santander. “En cuanto surgió la oportunidad del Levante sólo tardé un segundo en decidir. Es la mejor Liga del mundo y es una buena oportunidad. Hay mucha calidad en el equipo y creo que tenemos posibilidades de hacer las cosas muy bien”. El futbolista reconoció que recabó información suplementaria del entorno que rodea al Levante y a la capital del Turia.
“He hablado con Matt Ryan y me ha hablado maravillas de la ciudad y del equipo. Conocía el Levante desde antes, como jugador cuando estaba en Australia”. El meta realizó un ejercicio interior para exponer sus virtudes cuando se ajusta los guantes. “Además de parar balones, que es lo importante, soy un portero al que le gusta ejercer de líder. Me gusta ordenar a la defensa, que los compañeros sepan que detrás hay un portero”. Hay una confianza ilimitada en sus capacidades, si bien hay un respeto absoluto hacia las figuras de los arqueros del plantel en alusión directa a Raúl y Oier. “Sé lo que sucedió el año pasado, el club no me ha dado ninguna garantía, pero sé de mi potencial, desde el primer día las sensaciones son muy buenas y creo que podemos hacer una buena temporada en el futuro”.
Langerak agradeció la acogida del vestuario. Su impresión, en su conversión como futbolistas levantinista, es que llega a un grupo fraterna y comprometido. “Los compañeros son muy amables, he tenido la posibilidad de hablar con algún compañero. Tuve una conversación muy rápida con el entrenador y el preparador de porteros, pero no hemos entrado en nada en profundidad. La primera sensación es que es un equipo de amigos y compañeros, se han portado muy bien conmigo y me han ayudado”.