El Valencia Basket va escribiendo la historia con letras de oro esta temporada. No hay mejor forma de celebrar 30 años que llegando a todas las finales a las que se podía llegar y cumpliendo el objetivo de entrar en la Euroliga. Será la segunda final de la Liga Endesa que dispute en su historia. La Copa del Rey y la Eurocup se rozaron con la punta de los dedos, con la Liga Endesa, a pesar del complicado rival que se tiene delante, se puede soñar. Tras una serie de playoff en la que el conjunto taronja ha demostrado su hambre de triunfo, sus ganas de levantar un título. El próximo viernes los de Pedro Martínez se medirán al Real Madrid, una empresa ardua complicada pero no imposible pues la afición taronja y el equipo tiene ganas de celebrar su 30 cumpleaños con el mejor regalo de la historia.
El primer cuarto estuvo marcado por el hambre taronja. Diot, Sato, San Emeterio, Sikma, Dubljevic salieron con el cuchillo entre los dientes y muchas ganas de escribir junto a su afición una página más en la historia del club. Un electrizante inicio de partido puso el marcador a 15-4 (minuto 5.45) gracias al acierto de Romain Sato y a la férrea defensa que el conjunto taronja estaba imponiendo en el parquet. El Baskonia intentaba reaccionar pero no era capaz de perforar el aro local pues además, los de Pedro Martínez se hicieron los amos del rebote defensivo en este cuarto (cogieron 9 por uno ofensivo del Baskonia). Al final de estos primeros diez minutos el Valencia Basket comenzó a flojear pero apareció Pierre Oriola para volver a poner distancia en el marcador. Guillem Vives forzó la máquina durante los últimos minutos del cuarto para dar descanso a Diot por lo que el equipo no perdió fuelle en ningún momento y acabó el cuarto con 6 puntos de ventaja (23-17).
La Fonteta alentaba a su equipo a dar un paso más en la pista. El segundo cuarto fue similar al primero en intensidad en defensa y acierto en ataque. Con un parcial de 8-0 en los primeros minutos, el conjunto taronja volvió a marcar distancia en el marcador (34-22) logrando su máxima renta en los compases finales con un más 15 (43-28). San Emeterio fue imprimiendo poco a poco su mano y el equipo comenzaba a volar. A la media parte se llegaba 11 por arriba en el marcador (43-32).
Tras el descanso, el Valencia Basket pisó un poco el freno, o el Baskonia el acelerador. En los primeros minutos del cuarto el conjunto taronja mantuvo las distancias pero a partir del ecuador algunas malas decisiones, fallos en ataque y el no lograr la forma de salir de la presión a la que se estaba viendo sometido permitieron que el conjunto vitoriano se acercara en el marcador, poniéndose a 6 (52-46) a falta de poco más de tres minutos para acabar el cuarto. San Emeterio volvió a aparecer para quedarse con un rebote a falta de escasos segundos para acabar, jugada que remató Oriola para dejar el marcador en un 62-52 a falta de 10 minutos para acabar. Ventaja que permitía soñar a la Fonteta.
Los últimos diez minutos el Baskonia intentó desmontar a un Valencia Basket muy metido en el partido. Con un San Emeterio con unas ganas tremendas de darle el pase a la final a su equipo, corrió, robó, anotó al igual que el resto del equipo pero con un brillo especial. Con una Fontenta entregada, los de Pedro Martínez estuvieron concentrados casi todos los minutos del encuentro y cuando el marcador se reducía parecía San Emeterio, Oriola y Thomas que se sumaba a la fiesta (acabaron el encuentro con 19, 18 y 15 puntos respectivamente) para devolver el marcador a su sitio. El Baskonia no lograba desmontar a los locales y la renta no volvió a bajar de nueve puntos, más que suficiente para que el Valencia Basket certificara el pase a la segunda final de su historia. ¿Por qué no soñar?