Todo sigue igual en la Subestación de Patraix

La plataforma veïnal de Patraix lluitarà per aconseguir el cessament definitiu de la subestació

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Han pasado ya muchos años desde que los vecinos del barrio de Patraix se unieran para decir NO a la subestación de transformación eléctrica, ubicada entre la avenida Gaspar Aguilar y las calles Campos Crespo y Actor Vicente Parra. Y a pesar de todos los avances conseguidos, todo sigue igual.

No hace falta hacer mucha memoria para recordar las manifestaciones, caceroladas o canciones protesta, que exigían trasladar la subestación lejos de las zonas residenciales. Una petición muy lógica si se tiene en cuenta que, en España, ya existían varias sentencias que obligaban al traslado de trasformadores, de potencia muy inferior a la de la subestación, por causar diferentes enfermedades, como leucemia y otros tipos de cáncer, problemas en el sistema inmunológico o depresión, entre otras.

Sin embargo, no fue hasta la explosión que se produjo en 2007, cuando el anterior gobierno valenciano decidió frenar el funcionamiento de la subestación, en parte también por el gran alcance social que supuso. Aun así, y a pesar de que una sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) dejará sin efecto la licencia de actividad por considerarla peligrosa, la subestación volvió a ser encendida.

Después de seis años, en los que Iberdrola y Red Eléctrica han interpuesto varios recursos contra la sentencia del TSJ, finalmente, el pasado mes de marzo el Tribunal Superior de Justicia ha anulado definitivamente la licencia de actividad concedida por el Ayuntamiento de Valencia, al rechazar un nuevo recurso por parte de estas empresas.

La plataforma vecinal, que tantos años ha luchado contra esta instalación eléctrica, no descansará aquí, e intentará conseguir el cese de la actividad, ya que se pone en funcionamiento de manera puntual.

Asimismo, el actual alcalde de Valencia, Joan Ribó, se ha comprometido a recoger el apoyo de todos los grupos políticos para exigir al Gobierno de España que vuelva a incluir, en la planificación energética hasta 2022, la construcción de la subestación del nuevo cauce, junto a la V-30, para reemplazar la de Patraix.

Una promesa que ojalá se cumpla pronto. Y una lucha larga y costosa, que vuelve a demostrar que la unión entre los vecinos es fundamental para salvaguardar los derechos y el bienestar de un barrio entero.

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