La arquitectura civil juega un papel muy importante en la vida diaria de una sociedad, sin embargo, con el paso de los años ese edificio que tenía su función puede caer en desuso debido a los cambios y la evolución de la sociedad en sí. Y eso es lo que le pasó a los Silos de Burjassot. El granero de Valencia cayó con los años en 'desgracia' pero lo cierto es que el turismo le ha devuelto su esplendor siendo Patrimonio Histórico Artístico de carácter nacional desde 1982.
Entrando en los Silos, cedidos al ayuntamiento de la población en 1975, se entiende la importancia del trigo pues constituía la base de la alimentación de toda la población y su escasez provocaba importantes altercados sociales. Fue en el siglo XVI cuando se comenzó la construcción de esta emblemática edificación, que quedó completamente acabada en 1788. En esos momentos, el Almudín se quedaba pequeño para la cantidad de trigo importado para abastecer a la población, que había aumentado considerablemente, del mismo modo tuvo lugar algún periodo prolongado de hambruna y fluctuaciones en el cambio del precio del trigo... por lo que se optó por esta solución y se buscó un lugar cercano a la ciudad y que cumpliera con las condiciones óptimas para el almacenaje de este alimento clave.Fue a mediados de 1573 cuando se excavan tres silos como prueba con las paredes recubiertas por mortero de cal y arena. Los resultados fueron satisfactorios por los que el Consell decide construir más silos en el mismo emplazamiento hasta un total de aproximadamente 40 silos pues los expertos no se ponen de acuerdo respecto a cuantos hay realmente. Burjassot fue el granero de Valencia hasta aproximadamente 1907, año en el que se dejaron de utilizar con su inicial propósito. Fue en la Guerra Civil cuando se realizaron perforaciones y se comunicaron varios de los Silos para usarlo como almacén militar y como refugio antiaéreo para proteger a la población civil. Esta acción supuso un daño considerable al monumento pero gracias a lo cual hoy en día se pueden visitar y conocer desde dentro.
Una visita al corazón de Burjassot
La visita al corazón de Burjassot está más que justificada. Entre semana, de forma gratuita, o entre semana al precio de 1,5 euros y tras solicitarlo, se pueden visitar los Silos de Burjassot. Este rincón turístico está compuesto por la explanada con los 'pilones' donde se pueden ver las tapas de los 41 silos visibles; L'Embarronat, la Ermita de San Roque, el pozo y la Cruz Central, además de los seis silos subterráneos y comunicados por lo que se puede pasear tranquilamente. Además, la visita incluye un visionado de audiovisuales explicativos y la exposición “Les Sitges de Burjassot”, elaborada por la Universitat Politècnica de València. También está contemplado el acceso a la antigua Escuela de Artes y Oficios de Valencia, que en su origen servía como almacén para guardar el cereal y, finalmente, el patio exterior donde se disfruta de la panorámica del monumento.