¿Quién somos cuando navegamos por la red?

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La percepción del tiempo cuando estamos navegando en internet, según los expertos, transcurre más rápidamente que cuando no lo hacemos. Es casi imperceptible, asegura el diario tecnológico Portaltic, pero pasa.

A pesar de que a menudo escuchamos que hablar de la realidad versus el virtual es erróneo, puesto que la red y nuestra vida en ella es tan real cómo todo el que nos rodea, es cierto que no actuamos del mismo modo cuando navegamos que cuando, por ejemplo, vamos en coche; incluso, cómo hemos apuntado unas líneas más arriba, el tiempo se vive diferente.

Con todo qué son las diferencias entre estos dos aspectos de la existencia? En el mismo diario nombrado, se citan cinco aspectos:

  1. En primer lugar, cuando entramos a la red, el que buscamos es conseguir el anonimato. También queremos proyectarnos de una manera diferente del que somos diariamente. Una cosa así como el superjò, nuestra versión mejorada.
  2. En segundo lugar, es frecuente encontrar personas que el que están buscando en la red es la posibilidad de no tener que rendir cuentas en nadie. Un mundo nuevo mucho más segmentado que la misma vida real, donde agrupar por afinidades u obsesiones: videojuegos, amor por los perros, cine japonés, etc.
  3. El tercero de los efectos que buscamos al navegar es, en una sociedad donde la imagen es central, perder toda necesidad de mostrar nuestro rostro. Parece poco contradictorio que cuando internet ha hecho surgir una cultura audiovisual mucho más fuerte, sea la misma internet el que nos permita escapar de esta cultura.
  4. En cuarto lugar y como ya hemos avanzado antes, el que buscamos en el ciberespacio es esta manera de vivir el tiempo que no encontramos en el mundo no virtual. Esto sucede así porque a diferencia de la interacción con humanos frente a frente, a la red esta relación tiene muchos planes temporales: dejar un comentario en una publicación de alguien que lo ha escrito en el pasado, esperar las reacciones que una publicación propia tendrá en el futuro, etc.
  5. Finalmente, en esta corta lista de aquello que buscamos en internet, encontramos la posibilidad de jugar. Traer la posibilidad de ser otro hasta las últimas consecuencias.
En resumen, queda claro que no vivimos del mismo modo en la red que en las calles y los caminos de nuestros pueblos y ciudades.
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