Opinión

‘Proponer, no imponer'

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Si reflexionamos y hacemos balance sobre la política de movilidad en Valencia, a punto de llegar al ecuador de la legislatura del tripartito, al frente del gobierno municipal, nos encontramos ante un equipo de gobierno y un concejal de Movilidad Sostenible, que luchan por imponer a la ciudadanía un cambio de paradigma en la forma de desplazarnos por la ciudad. Y subrayo el‘imponer. Eso hacen, imponer en lugar de proponer.

El primer interrogante al que apunta este análisis, es si el modelo elegido por Compromis y liderado por Guisseppe Grezzi, como base para el cambio de paradigma demovilidad en Valencia, es el adecuado. En mi opinión el modelo es correcto y además, coincidente en gran medida con el nuestro. De hecho, desde Cs creemos firmemente en adaptar la movilidad de Valencia a criterios de sostenibilidad e interconexión modal. Apostamos por un menor uso del vehículo privado. Trabajamos por que el ciudadano tenga la mejor calidad de vida y eso pasa por mejorar la calidad del aire. Son objetivos necesarios para una urbe del siglo XXI.

Lo que falla, y desde Ciudadanos lo hemos denunciado reiteradamente, son las actuaciones para la aplicación del modelo por parte del concejal de Compromis, Giuseppe Grezzi. En ocasiones dudamos incluso si obedecen a un plan estructurado con hitos, indicadores y plazos. Entre otras cosas, porque nunca se nos ha mostrado ese plan. Más allá de alguna alusión puntual al PMUS (Plan de Movilidad Urbana Sostenible) que data de 2013 y que ya precisaría de una actualización.

Las actuaciones del concejal de Movilidad Sostenible, si las analizamos, son actuaciones en su mayoría apresuradas y precipitadas en su anuncio y ejecución. Carecen del consenso mínimo y siempre están rodeadas de polémica. El caso más reciente esel surgido con la prohibición de aparcamiento en el carril bus en horario nocturno. Grezzi ha abordado este tema apresuradamente, como si fuera una cuestión de estado, sin el consenso de todos los partidos del tripartito, sin una red potente de EMT nocturna ni un servicio fiable de metro los fines de semana y sin negociaciones previas con el sector de la hostelería y aparcamientos. Ha actuado de manera errática e impropia de un buen gestor.

Recientemente hemos conocido los datos del primer barómetro municipal de la ‘eratripartito’. De su análisis se deduce que no es casual que los servicios públicos urbanos con peor valoración, por parte de los ciudadanos, sean la circulación por la ciudad y la carencia de aparcamientos. El problema del aparcamiento afecta a los barrios para los residentes en Valencia y a la imposibilidad de interconexión con otros modos de transporte desde la periferia. No disponer de aparcamientos desde la periferia o no liberar zonas de aparcamiento desde los barrios, habiendo demasiados solares históricos por acondicionar, es una omisión voluntaria de Grezzi y del tripartito que, tal y como hemos exigido y denunciado durante estos dos años, no va a hacer posible o va ralentizar muchísimo, la efectividad del modelo de movilidad que se nos vende.

Hablando metafóricamente, a los ciudadanos nos pueden intentar cuadricular con buenas alternativas y tiempo, pero no de golpe y a base de imposiciones intentar meternos en un poliedro de infinitos lados. Demasiadas aristas y demasiados lados para que no se produzcan reacciones ¿Por qué tantas prisas, por qué tanta precipitación, por qué tanta imposición? Al final, si quieres que tu modelo genere el valor social que merece, la clave es que no se imponga, sino que sea admitido de un modo natural y progresivo. Y para eso hace falta mucho diálogo, mucha pedagogía, mucha flexibilidad, y ver las opiniones de los demás como una oportunidad y no como una amenaza. En definitiva, proponer, no imponer.

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