La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre dos y cuatro años a la excúpula de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) por delito societario continuado de falsedad contable y falsedad en la información. Presuntamente, se retocaron las cuentas de los ejercicios de 2010 y 2011, en plena crisis financiera, para ocultar unas pérdidas de 1.136 millones de euros y transformarlas, en el papel, en unos beneficios de 65,3 millones de euros.
Los penados son cuatro exdirectores generales de distintos departamentos de la sociedad: Roberto López Abad y María Dolores Amorós Amorós (con tres años de prisión cada uno); Teófilo Sogorb (cuatro años) y Francisco José Martínez (dos años, nueve meses y un día). Los otros acusados (Modesto Crespo, la Fundación CAM, el Banco Sabadell y Caser) han sido absueltos de la responsabilidad civil de la que se les acusaba.
Estas falsificaciones habrían permitido a los exdirectivos cobrar complementos e incentivos salariales ligados al buen funcionamiento de la entidad por un valor de 20 millones de euros. Y a ello se refiere la acusación cuando habla de "saqueo" de la CAM.
Recordemos que esta caja, como muchas otras, fue reflotada en 2011 con más de 5.200 millones de euros de fondos públicos, en una inyección total que llegó, según estimaciones de la Unión Europea, a los 14.000 millones. Y fue a finales de ese año cuando el Banco Sabadell se hizo con la caja a cambió de la simbólica cantidad de un euro.