Mercadona se adelanta a la prohibición del plástico, que se implantará en 2020 en la Comunidad Valenciana, y ya ha iniciado una prueba piloto en once supermercados, en los que se han cambiado las bolsas de plástico por bolsas de papel. Una alternativa mucho más respetuosa con el medio ambiente, y que se mantendrá hasta el próximo 30 de junio para evaluar su aceptación entre los clientes. Una iniciativa, que se complementa también con las cajas de cartón para pesar las frutas y verduras del supermercado.
Las nuevas bolsas de la cadena de Juan Roig ya se pueden encontrar en algunos supermercados de Valencia, Islas Baleares, Barcelona y Vizcaya, aunque la idea es que, en un futuro, se implanten en todas las tiendas, siempre y cuando los resultados del programa piloto sean favorables. Así, las nuevas bolsas de papel tienen un coste de 0,10 y 0,15 euros, en función del tamaño, mientras que las cajas de cartón tienen un coste de 50 céntimos.
Durante este periodo de prueba, Mercadona escuchará las aportaciones de sus clientes para ver qué otras opciones nos proponen. Aun así, seguirá trabajando en la línea de la sostenibilidad. Ya en 2011, Mercadona fue pionero en incorporar las bolsas reutilizables y una cesta de rafia, con el objetivo de reducir el consumo del plástico de un solo uso. Con esta medida, la cadena da un paso más.
Adiós al plástico de un solo uso en 2020
El Gobierno ya ha anunciado que, a partir del 1 de enero de 2020, con el objetivo de favorecer el reciclado y la compostabilidad de los envases, protegiendo, así, el medio ambiente, se prohibirá la utilización del plástico de un solo uso en la Comunidad Valenciana. Una medidas, que vienen orientadas por la directiva europea, y que deberán ir aplicando los países comunitarios para fomentar los materiales biodegradables o de fuentes renovables para frenar el daño que está causando el plástico en nuestro ecosistema.Una prohibición que, como ya avanzamos en València Extra, afectará a productos tan cotidianos como las pajitas, los cubiertos y platos de plástico, los bastoncillos para los oídos, los palitos de Chupa-Chups o las cápsulas de café de un solo uso, siempre y cuando estén fabricadas con materiales difíciles de reciclar.