La vicepresidenta de la Diputació de València, Maria Josep Amigó, ha valorado el presupuesto aprobado por la Corporación provincial para el 2018. La vicepresidenta ha asegurado que las cuentas para el presente ejercicio «son justas, sociales, pensadas para rescatar personas, unir esfuerzos entre las diferentes administraciones y eliminar desigualdades entre pueblos y ciudades». Y dentro de estos parámetros «se han eliminado definitivamente los convenios singulares como método para subvencionar a los municipios y ciudades de nuestras comarcas», ha subrayado la vicepresidenta.
En este sentido, Maria Josep Amigó ha incidido en que en la Diputació de València, a diferencia de otras administraciones, «las subvenciones se conceden de acuerdo con criterios objetivos, basados en indicadores sociales, demográficos y económicos. Hemos eliminado el clientelismo y los amiguismos. Se acabaron los 'amiguitos del alma'», ha explicado. La vicepresidenta, además, ha representado de forma gráfica el final de las ayudas discrecionales: «en 2014 el gobierno del PP repartió 34,4 millones de euros en ayudas no regladas y 23,6 millones en ayudas regladas; en 2017, el actual gobierno de la Diputació destinó 83,9 millones en ayudas regladas y 4 millones en no regladas; en 2018 ya no habrá convenios singulares para inversiones municipales».
Asimismo, en el Presupuesto de la Diputació para el presente ejercicio se ha incrementado en un 30% la dotación destinada a servicios sociales municipales en los pueblos y ciudades de las comarcas valencianas. Un aumento que llega acompañado, un año más, de la construcción y puesta en funcionamiento de centros sociales de titularidad pública. «Si sumamos la inversión prevista para 2018 y 2019 a la realizada en 2017, en total serán cerca de 17 millones de euros para centros sociales públicos de alcance comarcal en materia de dependencia, personas mayores, enfermos mentales o personas con diversidad funcional. Diez actuaciones en diez comarcas distintas, más de 500 plazas públicas en residencias y centros de día, las primeras habilitadas en centros públicos durante los últimos veinte años», ha remarcado Maria Josep Amigó.
Asimismo, durante el 2018 se dará continuidad a la colaboración interinstitucional iniciada en los últimos años, con el fin de «mejorar la calidad de vida de la ciudadanía sin competir entre administraciones, sino buscando cooperaciones y sinergias en beneficio de nuestros vecinos y vecinas», ha indicado la vicepresidenta. Una colaboración que se materializará en el área de bienestar, con la puesta en funcionamiento de nuevos centros sociales públicos; en materia educativa, a través del Plan Municipal de Mantenimiento de Escuelas, el cual volverá a destinar siete millones de euros para mejorar la eficiencia energética de los centros educativos públicos; así como la aportación de 20 millones de euros para el Fondo de Cooperación Municipal, con el objetivo de paliar la infrafinanciación que sufren los ayuntamientos de los municipios valencianos.
Eliminar desigualdades
El presupuesto presentado para 2018 persigue eliminar desigualdades entre pueblos y ciudades. Con este propósito se continuarán implementando avances en la administración electrónica, como el programa Connecta València, para garantizar el acceso de los vecinos y vecinas a los servicios básicos independientemente de cuál sea su lugar de residencia. En materia cultural, la ópera visitará los municipios de las comarcas valencianas gracias a Les Arts Volant; se contribuirá a la dinamización de los atractivos turísticos de la demarcación de València; además de destinar una importante inversión en carreteras, a fin de mejorar la seguridad vial de la red de carreteras valencianas.En definitiva, un presupuesto «que aglutina las prioridades del Pacte del Botànico, orientadas a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía e invertir los recursos públicos con honestidad, justicia y eficiencia», ha concluido la vicepresidenta.