La concejala de Parques y Jardines del Ayuntamiento de València, Pilar Soriano, ha explicado que el Ayuntamiento se ha implicado en la reivindicación vecinal histórica sobre los árboles situados en el interior del antiguo mercado de abastos de València, un edificio racionalista y funcionalista con una decoración historicista local que alberga en su interior diversos servicios públicos como un instituto, un centro deportivo municipal, las dependencias de la Policía Nacional o la junta de distrito municipal.
Soriano ha explicado que, "además de solucionar el conflicto competencial sobre el mantenimiento de los árboles, ya que a partir de ahora lo asumimos directamente desde la concejalía, hemos plantado seis palmeras (Trachycarpus fortunei), una especie de la familia de las areráceas originaria de China central y oriental, pero plantada como ornamental partes de las zonas templadas, con una alta presencia en los países mediterráneos, por su buena resistencia al frío y a las altas temperaturas.
Se da solución así al mal funcionamiento que registraban desde hacía años los naranjos plantados en este espacio, que estaban en muy malas condiciones dado que un espacio cerrado a modo de invernadero no tiene las condiciones óptimas para el desarrollo de esta especie.
El tronco de las palmeras que se han instalado ahora alcanza hasta 12 metros de altura, quedando recubierto (total o sólo la parte superior) para las vainas de las hojas caídas, lo que le da un aspecto "peludo". Las hojas son palmadas, con un limbo de unos 50 cm de largo por 75 de ancho. Sus dátiles son pequeños, de color azul oscuro y no son comestibles.
El Ayuntamiento, por tanto, hace suya la campaña vecinal "Salvemos los árboles de Abastos" y continúa la línea de trabajo iniciada hace un año cuando la concejalía de Parques y Jardines comenzó las obras para remodelar el espacio de socialización de perros de Abastos. Una actuación que sirvió como punto de inflexión para solucionar el conflicto competencial a la hora de asumir el mantenimiento de varias zonas de este entorno, una cuestión que había suscitado la reivindicación vecinal desde hacía años.
En su origen, el mercado de Abastos, se concibió como mercado de abastecimiento de mercancías, para lo cual se eligió una zona perimetral de crecimiento urbano, aunque con el tiempo su emplazamiento quedó demasiado céntrico, debiendo ser trasladado a la nueva periferia. Para su definición se propuso dotarlo de una gran cantidad de servicios, contando, además de los puestos de venta, con dependencias administrativas, peso público, oficina de especies gravadas, servicio de inspección veterinaria, estanco, cafetería, etc., programa con el que se consideró entonces uno de los mejores mercados de Europa.