La Isla de los tesoros

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Quizás el duelo que ya se presagia entre la U.D. Las Palmas y el Levante, pautado para la tarde de mañana domingo, 19 de noviembre, desde las 18:30 horas (horario penínsular), sobre el verde del Estadio Gran Canaria contenga una carga anímica sobresaliente. Quizás ese aspecto dimensione el sentido que adquiere la confrontación entre la representación azulgrana y la escuadra canaria. En realidad, nada parece definitivo. Cuando el colegiado decrete el final del enfrentamiento por el horizonte alumbrarán veintiséis partidos y más de setenta puntos en disputa. Un mundo por recorrer y por conquistar. El telón no se echará definitivamente. El hecho destierra esa pátina de dramatismo que, en ocasiones, barniza cada cita liguera. En ese sentido, no es un encuentro sin arneses de sujeción. Y habrá tiempo material para recomponer el relato de cualquiera de los dos colectivos que mañana cruzan sus fuerzas en el marco de la competición liguera. Y sin embargo, hay un contenido emocional que dota de significación a la confrontación correspondiente a la jornada decimosegunda de LaLiga Santander. López Muñiz incidió en este planteamiento en la rueda de prensa que realizó en la jornada de ayer en el Ciutat de València.

“No es un partido dramático, pero hay que ser consecuente. Ganar significaría un respaldo moral y anímico para el trabajo diario. Nosotros vamos con optimismo e ilusión”. Las reflexiones del entrenador levantinista contextualizan el desafío liguero en tierras canarias. Lo cierto es que hay una cierta premura por recobrar el sentido que emana de la victoria. El Levante perdió su estela desde la confrontación ante la Real Sociedad en el feudo del barrio de Orriols (3-0). Compendia ese ciclo con la suma de tres empates y las únicas tres derrotas que presenta su expediente. Las interpretaciones pueden ser múltiples, pero su nombre reposa en la zona intermedia de la clasificación. Los doce puntos alcanzados si algo deberían ofrecer es calma y serenidad, que no despreocupación, para afrontar el presente. Por su parte, las derrotas marcan el camino de Las Palmas durante las últimas siete semanas del campeonato de la regularidad. La fase parece devastadora por sus consecuencias. El hecho condiciona todo. No solo se especula sobre el devenir de su entrenador.

De fondo subyace un debate de mayor profundidad que afecta a la identidad de la escuadra insular cuando se posiciona sobre el verde. La sombra de Roque Mesa parece agigantarse en la zona de creación. Había alquimia e imaginación en sus botas. Muñiz presentó una nueva premisa en su discurso. “Habrá diez o quince partidos de ese nivel a lo largo del curso”. Y advirtió: Hay que saber jugarlos y ganarlos”. No parece una afirmación anecdótica. A las cuestiones meramente deportivas se añaden aspecto mentales y anímicos para afrontar el reto que surge ya de manera inmediata. Cada partido conlleva unos códigos y unos misterios que hay que saber descifrar. Y únicamente aquellos con capacidad para desvelar estos enigmas sobreviven. Es una ley invulnerable en el fútbol y en el ciclo de la vida. El técnico transmitió seguridad al colectivo. “Con nuestra mejor versión podemos ganamos a cualquier”. Muñiz pierde a Pedro López para la cita en las Islas. El lateral arrastra molestias desde el pasado jueves y no estará en la convocatoria después de testar su estado físico en la última sesión desarrollada en las instalaciones de Buñol. Lerma, sancionado para el choque ante Las Palmas, estará cuatro semanas de baja, si bien Morales y Campaña, entre algodones durante la semana, están en la citación.

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