Desde el Área de Carreteras de la Diputación de Valencia gestionamos una red de más de 1.800 kilómetros de vías interurbanas que son transitadas diariamente por cientos de miles de valencianos y valencianas para desplazarse entre nuestros municipios, ya sea por motivos laborales, para acudir al médico, hacer turismo, practicar deporte, ... Esto convierte a la red de carreteras provincial en uno de los principales medios de vertebración de nuestro territorio, por lo que garantizar la seguridad de todos sus usuarios es hoy en día nuestra más absoluta prioridad.
En esta tarea, llevar a cabo una conservación y mantenimiento constantes de todas las carreteras resulta fundamental. Mantenimiento que no se circunscribe únicamente al arreglo puntual de una señal caída o un bache en el firme o el segado periódico de las cunetas, sino que en ocasiones requiere la ejecución de intervenciones de mayor envergadura que devuelvan a la vía a su estado original, mediante la renovación completa del firme, de la pintura o de la señalización.
De estas tareas se responsabiliza el Servicio de Conservación y Explotación de Carreteras de la Diputación de Valencia, que cuenta con un equipo técnico que supervisa permanentemente nuestras carreteras para detectar las necesidades existentes y coordinar tanto las labores de mantenimiento correspondientes al mantenimiento ordinario como esas actuaciones mayores, que internamente denominamos conservación extraordinaria.
Asimismo, desde este Servicio se resuelven todas aquellas emergencias derivadas de accidentes, de fenómenos meteorólogicos como lluvias intensas o nevadas o de desprendimientos que pueden afectar a la vía y que requieren de una intervención inmediata para restablecer su viabilidad y funcionalidad.
El objetivo final de todo este tipo de intervenciones es en síntesis el mismo: mantener la carretera en su estado de origen para evitar que el deterioro, fruto del paso del tiempo y de su utilización constante, pueda acabar suponiendo un riesgo para la seguridad vial. No en vano, esto es lo que subyace en el propio significado de la palabra “conservación”, un concepto al cual, sin embargo, fruto de nuestro compromiso por hacer de la seguridad vial una prioridad en nuestra gestión, hemos querido llevar un poco más allá.
Dotarlo de un ‘plus’, que haga que cada vez que se acometa una nueva actuación esta sirva ya no para mantener la carretera en su estado de origen sino para incluso mejorarla desde la perspectiva de la seguridad vial, ya sea modificando el trazado de una curva peligrosa a fin de suavizarla, mejorando una intersección, dotándola de cunetas de seguridad, modificando la señalización o incluso potenciando su uso por parte de otro tipo de usuarios mediante la adición de zonas reservadas al tránsito ciclopeatonal.
Pero para llevar a cabo este tipo de mejoras funcionales que contribuyen a optimizar la seguridad y funcionalidad de las carreteras, era necesario aumentar los recursos económicos destinados a Conservación, y esto es precisamente lo que hemos hecho: aumentar de 8 millones de euros a 11, la partida anual. Un incremento cercano al 40% que nos permitirá acometer más actuaciones globales y más mejoras funcionales, sin descuidar la atención a las emergencias y el desarrollo de la gestión ordinaria.
Un incremento cercano al 40% que demuestra que la apuesta que iniciamos en 2015 no era papel mojado sino una decisión firme por mejorar la seguridad vial de todo tipo de usuarios en las carreteras de la Diputación de Valencia, creando una red moderna, adaptada a los nuevos tipos de movilidad y, sobre todo, segura.
Tras varios meses de tramitación administrativa, este mes de noviembre se firmarán los nuevos contratos para las seis demarcaciones en las que se divide la red provincial, lo que permitirá empezar a poner en marcha este nuevo concepto de gestión, caracterizado por esa mayor dotación económica y mayor capacidad de actuación, que nos permitirá entrar de lleno en “La era de la Conservación”.
Por Pablo Seguí GraneroDiputado de Carreteras de la Diputación de Valencia