El ecofeminismo se enfrenta a las políticas suicidas de Trump

Guardar

El II Feminario de Valencia ha contado esta mañana con una mesa redonda para analizar el ecofeminismo en la actualidad. La charla ha contado con la moderación de Isabel Lozano, Concejala de Igualdad y Políticas Inclusivas del Ayuntamiento de Valencia y con dos invitadas de excepción. En primer lugar, Alicia Puleo, Profesora de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valladolid y en segundo lugar,  Cristina Narbona, Miembro de la Red Española de Desarrollo Sostenible y ex Ministra de Medio Ambiente.

Isabel Lozano ha agradecido la invitación a esta segunda edición y también en especial a Isabel García como Diputada de Igualdad de Diputación de Valencia. Tras la última noticia de Trump sobre la salida del acuerdo de París, ha hecho hincapié del momento clave que tiene el ecofeminismo para hacer frente a este "patán, ególatra y machista" que está al frente de uno de los países que más contamina.

Alicia Puleo ha analizado en profundidad las diferencias del feminismo ecológico y el ecofeminismo:

Se ha dicho que nuestro tiempo es el antropoceno y que para algunos habría empezado a finales del siglo XIX. De tal manera que la acción sobre el medio es muy significativa y ahora estamos viendo las competencias. A veces los medios de comunicación no nos dejan ver toda la magnitud de la crisis ecológica en la cual ya estamos inmersos. Es algo que venían anunciando los ecologistas. Algunos hablan ya de un colapso y ante esta cuestión el femininismo tendrá que posicionarse porque yo creo que siempre ha sido un pensamiento que ha sido curioso y se ha abierto a teorías y fenómenos nuevos.

Este tiempo es tiempo de crisis ecológica y pensarla con su relación con el impacto que tiene con las mujeres. El ecofeminismo es el encuentro entre el feminismo y la ecología. Voy a distinguir entre feminismo ambiental y ecofeminismo. El primero sería simplemente una actitud razonable de tomar en consideración la crisis ecológica que implica la contaminación creciente, es el cambio climático, es la desertización, los fenómenos meteorológicos extremos.

El ecofeminismo es más que esto. Es un pensamiento y una praxis orientada a redefinirnos como especie de una manera más humilde y de entender que somos una red de la vida. Esos aspectos son los que habrá que incluir como valores fundamentales de nuestro siglo XXI. Por eso digo que feminismo ambiental y ecofeminismo no es idéntico. El segundo está pidiendo ya una transformación de nuestra visión del mundo.

Es una crítica profunda al antropoceno. Ahora cuando nace el ecofeminismo nace por los años 70. Le da el nombre a la convergencia de dos preocupaciones de ese momento: una es la preocupación ecologista en torno a la demografía y por otro lado, la lucha feminista por el derecho de las mujeres a que se reconociera la capacidad sobre su cuerpo, anticonceptivos, etc.

Si a las mujeres se nos hubiera permitido regular los embarazos y administrar, la obligación de parir, la situación seria distinta. El patriarcado nos ha obligado a parir. Si eso no hubiera ocurrido, no hubiéramos llegado a esta situación.

Considero que un ecofeminismo critico debe empezar a posicionarse por la cuestión por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. ¿Cuál será el principio? El principio de la calidad de la vida y no el de la santidad de la vida.

La utilización sistemática de herbicidas, toxinas, utilizadas con el fin de acelerar la producción, acelerar la ganancia, ese entorno tan tóxico desgraciadamente nos afecta más a las mujeres por razones biológicas. El incremento del cáncer de mama y otros problemas ginecológicos se deben a que esos tóxicos medioambientales tienen una estructura similar al estrógeno. Nos llegan tanto como con consumidoras como trabajadoras.

Del mismo modo, el animalismo tiene un 90% de participación femenina y eso lo veo en el alumnado y veo un cambio. El feminismo tiene que ser receptivo a los cambios de la conciencia ciudadana.

Por su parte, la Ex Ministra Cristina Narbona ha analizado el papel esencial del ecofeminismo en nuestra sociedad. También ha comentado el proyecto con el componente ecologista que ha aportado dentro del equipo del actual secretario general Pedro Sánchez:
Quiero felicitar a todas las personas que hacen esta nueva edición y veo que es una iniciativa que se va consolidando en el tiempo. Se celebra en un escenario de un tiempo nuevo en Valencia y entiendo que un tiempo nuevo en España con perspectivas de cambios sustanciales en el futuro. Requiere de la convergencia entre los que estáis en el pensamiento con los que tenemos responsabilidades en lo público.

En materia de cambio climático, el daño que se ha causado impediría que los ecosistemas revirtieran a una situación anterior. Tenemos que combatir estos desafíos sabiendo que tenemos que generar mecanismos para adaptarnos a un mundo que ya es diferente.

Ya hay nuevas patologías. Yo en concreto me sometí de manera voluntaria a un análisis de mi sangre para ver hasta qué punto se encontraban contaminantes relacionados con pesticidas en mi sangre y debo decir que los resultados fueron tremendamente negativos y los propios médicos que me examinaron, me dijeron “viendo tu analítica me resulta interesante que no hayas desarrollado ninguna patología”.

Todos los años mueren más de 12 millones de personas a causa de la contaminación. En China, más de 1 millón mueren solo por la contaminación del aire. En la lucha contra la desigualdad, me considero socialista y ecologista. El impacto de ese modelo económico sobre los colectivos humanos más vulnerables.

Quienes más sufren el cambio climático, son millones y millones de seres humanos que viven en los países más pobres y por supuesto dentro de ese población, las mujeres y los niños porque en sus organismos incide la contaminación de una forma más fuerte.

Si luchamos, la sostenibilidad debe formar parte de nuestras señas de identidad. Por eso, me siento satisfecha del proyecto que he trabajado y acompañado con Pedro Sánchez porque aparecen que los valores de la democracia deben seguir siendo: la igualdad, la libertad y la solidaridad pero con el componente ecológico de garantía. Ese componente se integre en los valores de los socialistas.

En otro orden de cosas, la igualdad de género dista mucho de haberse cumplido. Hoy en día existen en nuestra sociedad, incluso en la española, desigualdades en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, a elegir en los derechos reproductivos y sexuales y tenemos que seguir combatiendo por la igualdad. A mi me parece que si no lo consideramos como algo inacabado, estamos equipados. La desigualdad de género sigue vive como la desigualdad salarial, la conciliación, etc.

 

Sin duda, una mesa redonda que ha contado con una importante participación y que ha sentado las bases del ecofeminismo para hacer frente a los problemas inminentes de nuestro planeta.

Destacados