"Se nota que hay menos crisis, la economía va mejorando" puede que esa frase la hayamos oído en más de una ocasión en los últimos tiempos pero también es cierto que los hogares españoles todavía no llegan a final de mes. De hecho, según un estudio publicado por el Banco de España la riqueza de los hogares más jóvenes ha caído un 93% en los últimos años (de 2011 a 2014). El estudio corresponde a la Encuesta Financiera de las Familias de 2014 (estadística que se publica cada tres años) y que ha analizado durante este periodo a 6.120 hogares cabeza de familia es menor de 35 años. No es de extrañar que aunque se diga que la economía a grandes rasgos a mejorado sean pocas las casas donde esa realidad llegue. Y para que nos vamos a engañar, llegar a final de mes cuesta...
Visto el panorama sigue sin extrañar que al contrario de lo que pasa fuera de nuestras fronteras, en España el 70% de los jóvenes entre 20 y 29 años todavía conviven con sus progenitores, según datos publicados por Eurostar, la agencia europea de estadístidas y sondeos. "A pesar de tener trabajo y de empezar a ahorrar un poco intentando controlar los gastos, todavía no puedo independizarme. Alquiler, luz, gas, agua, teléfono, coche... al final de mes se comen casi todo el sueldo y eso sin contar dinero para comida o para ocio", explica Susana Martínez, de 27 años y vecina de Valencia. Y así está la mayoría de jóvenes y no tan jóvenes pero con un poco de creatividad y control se puede llegar a final de mes e incluso ahorrar. Algunos trucos que se pueden utilizar:
- Lo primero es fijarte un sueldo y pagarte a ti mismo. ¿Qué queremos decir con esto? Que decidas qué porcentaje, un 5 o 10%, de tu sueldo destinas para ahorrar y que sea lo primero que 'desaparezca' de tu cuenta bancaria. Qué logras con esto, ahorrar todos los meses con el objetivo de mover ese capital y que te rente. Al no disponer de ese dinero tu mismo comenzarás a ajustar tu presupuesto arreglo a tu nuevo 'sueldo' y te apretarás el cinturón por lo que el primer paso de ahorrar ya está dado.
- Deshazte de las tarjetas de crédito. Disponer de una de ellas te puede llevar a gastar sin control pues el cargo bancario se realiza a final de mes y mucho control debes tener para poder no sobrepasar ciertos límites. Aplazar compras siempre viene acompañado de pago de intereses con lo que sólo gana el banco.
- Fijate un presupuesto de gasto. Conoce a la perfección cuáles son los gastos de hipoteca o alquiler, luz, agua, teléfono, comunidad, impuestos varios... y aproximadamente lo que puedes gastar en los variable como comida, ocio, gasolina... A partir de esos números trabaja para ir escatimando céntimo a céntimo.
- Dejar la cuenta a cero al acabar el mes. Teniendo en cuenta que ya has descontado ese 5 o 10% que supone tus ahorros (que en principio no son para gastar ni sacar de un apuro sino para mover capital) hay que intentar cuadrar el presupuesto de dinero que se tiene y el que se gasta. Si logras llegar a final de mes con dinero en el banco ese será tu ahorro pero mejor sacarlo y depositarlo en una hucha, por ejemplo para las vacaciones. De esta forma, mes a mes irán cuadrando mejor las cifras y te ajustarás realmente a lo que tienes.
- Si tienes deudas créate un calendario de pago. Nada sienta mejor que ver cómo poco a poco eres capaz de pagar las deudas. Lo primero es conocer a fondo cuál es la cantidad de dinero que se adeuda y a quien. A partir de ahí es generar un calendario de pago donde poco a poco se vaya generando un 'efecto de bola de nieve'. Primero puedes pagar las deudas de menos cuantía combinadas con aquellas que te generen mayor gasto (por ejemplo por intereses bancarios). Puedes negociar con aquellos a los que debes pagos en pequeñas cuantías durante un determinado tiempo, de esta forma verán voluntad de pago y pueden llegar a ser más pacientes.
- Evitar las compras compulsivas y gastos 'innecesarios'. Si sigues los pasos tendrás un presupuesto en el que seguro habrá un capítulo de ocio o compras. Puede que el primer mes lo hayas abultado en exceso o te hayas quedado corto pero poco a poco serás capaz de equilibrarlo. Lo que está claro es que algún capricho hay que darse pero cuando de apretarse el cinturón se trata hay que hacerlo con cabeza. Evita las compras de 'fondo de armario o por si acaso'.
- Reduce los gastos del hogar. Si eres de ese porcentaje de gente que está independizada o de aquellos jóvenes con familia, reduce al máximo los gastos de tu hogar. Revisa consumos y facturas de luz, agua y teléfono. Revisa compañías y coste de cada uno de los servicios que tienes contratados. Controla si realmente haces uso de ellos o no... en cuanto a la cesta de la compra (aquí también funciona la compra impulsiva) haz una lista de la compra, intenta ceñirte a ella y se recomienda no ir en las horas previas a las comidas a comprar, aprovecha ofertas, compara precios entre los diferentes supermercados, compra marcas blancas.
- Aprovecha las ofertas. Seguro que hay compras que sabes que tarde o temprano debes hacer, como un electrodoméstico concreto, algún mueble para la casa. Seguro que desde que sientes el deseo o necesidad de adquirirlo hasta que lo haces puedes estudiar diferentes precios, ofertas, o esperar a determinados momentos del mes o del año en el que dichos productos son más baratos por diferentes circunstancias. De este modo lograrás ahorrar algunos euros.
- Utiliza transporte público. Busca y utiliza siempre el abono correspondiente y el que realmente más barato salga. Si tienes que coger vehículo propio realiza una conducción inteligente con el fin de ahorrar al máximo.
- Controla el efectivo. Sí, esos euros y monedas pequeñas que llevamos siempre en los bolsillos. La frase de es que cuando cambias un billete enseguida se va el dinero es cierta. No le damos importancia a las monedas pero seguro que si te paras a pensar en ello muchos de esos gastos pueden evitarse.