La ruta de las ermitas es un paseo que toca tanto plano como montaña para poder ver las antiguas ermitas de Llíria, cada una con su historia y su entorno privilegiado. Esta ruta es apta para todas las edades, aunque hay tramos de montaña más complicados que otros, y es recomendable hacerla en un día completamente libre, ya que se puede alargar bastante dependiendo del tiempo que se quiera dedicar a cada parada del camino (y todas son dignas de un buen rato).
Los sitios de parada obligatoria son el collado de San Miguel, el collado de Santa Bárbara y el Parque Natural de San Vicente.
El camino para llegar al collado de San Miguel puede hacerse desde el pueblo o por montaña, donde se puede disfrutar de mejores vistas. No tiene pérdida seguir el sendero de la montaña, donde el paisaje de la ruta va variando hasta encontrarnos con un camino empinado con sorpresa final: te encontrarás a las espaldas del monasterio de San Miguel, donde empezarás a descubrir que las vistas son espectaculares.
Al subir, podremos acceder al mismo patio del monasterio. Aquí podrás disfrutar de las vistas panorámicas desde los escalones, bien dispuestos para ello, y visitar el monasterio. En cuanto a esto último, es importante tener en cuenta el horario de apertura del monasterio: generalmente todos los días de 9:30 a 13:00h. i de 16:00 a 17:30h.
Cuando no quede ningún rincon por investigar aquí - y tengamos fotografías de todos los ángulos posibles - retomamos el sendero donde lo habíamos dejado, por un camino tan visible que no tiene pérdida. Verás señales que indican a la izquierda, y es que aquí se encuentra el poblado íbero de la antigua Edeta, increíblemente conservado para los siglos que tiene - pero este es un tema a parte que merece ser tratado de forma independiente.
En este punto empieza el tramo más difícil de la ruta. Habrá momentos en que parece que la vegetación sea la dueña del paisaje - y lo es - pero se puede sortear de una forma u otra. Solo se ha de seguir dando la vuelta al monasterio hasta que llegará un momento que podamos ver delante una montaña, aún lejana, con ruinas de algún tipo de edificación: es la ermita de Santa Bárbara, y allí nos dirigimos.
Aquí ya el camino lo hace cada uno a su gusto, teniendo visible el objetivo en la cima del siguiente collado; hay diferentes formas, todas fáciles, de subirlo. Una vez arriba, nos encontramos con las ruinas de lo que fue la ermita de Santa Bárbara y las vistas privilegiadas que ofrece el entorno.
Para bajar la montaña, lo haremos por la "vía oficial", conocida como "Camino del calvario", que sortea el desnivel con caminos poco empinados pero que van de punta a punta, y con diferentes cruces con imágenes del Vía Crucis.
La última parada es el Parque Natural de San Vicente, a solo 3 kilómetros del núcleo urbano.
Para este sitio no se puede hacer ninguna guía, solo se puede recomendar ir con el tiempo suficiente para poder disfrutar todo lo que te vas encontrando, desde que empiezas el camino hasta el final en la ermita, pasando entre los patos y árboles centenarios que son buena parte de su población.
Y recuerda: es importante tener fotos que inmortalicen la escena, pero más importante es vivirla.