Enfermeros de pediatría del Hospital Clínico de Valencia investigan factores para mejorar la seguridad y calidad asistencial a los niños hospitalizados

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Enfermeras y enfermeros especialistas en pediatría del Hospital Clínico de Valencia están investigando un conjunto de factores que inciden en mejorar la calidad asistencial a los niños hospitalizados. En esta línea han trabajado en un ensayo clínico en el que se han evaluado diferentes sistemas para mitigar el dolor que conllevan diferentes procedimientos asistenciales.

"El dolor del infante supone una experiencia difícil y dolorosa tanto para el niño como para la familia y el personal de enfermería que cuida a estos niños. Hay procedimientos que pueden causar dolor pero que son necesarios y no hay forma de evitarlos. Contar con herramientas que minimicen las molestias y favorezcan la realización de las diferentes técnicas no solo es recomendable para el paciente, sino para el profesional que desarrolla el trabajo", según ha explicado Pablo García Molina, enfermero responsable de la Unidad Clínica de Heridas del Hospital Clínico Universitario de Valencia, investigador de INCLIVA (Grupo de Nutrición Pediátrica, coordinado por la doctora. Martínez Costa) y profesor universitario, coordinador de Pediatría en la Facultad de Enfermería de la Universitat de València.

"Cada individuo vive el dolor de forma personal pero, en cualquier caso, es una experiencia sensorial o emocional desagradable asociada a un daño real o potencial. En el caso de los niños la apreciación es aún más compleja debido a las dificultades que tienen para comunicarse, en particular en el caso de los neonatos y lactantes", según ha informado Pablo García.

Recientemente se ha publicado en la revista 'Enfermería Clínica' un trabajo realizado por Pablo García en el que se analiza un ensayo clínico que evalúa distintos sistemas existentes para mitigar el dolor, desde los anestésicos tópicos hasta juguetes que les distrae antes y durante el pinchazo y palían sus efectos adversos.

Los investigadores de este estudio contaron con la participación de 285 niños con edades comprendidas entre los 18 meses y 17 años. Los participantes fueron distribuidos en 3 grupos según la intervención que recibían. A cada grupo se le aplicaba un procedimiento para calmar el dolor antes y durante las técnicas dolorosas (punción en la vena).

En el primer grupo se aplicó una crema con anestésico, 20 minutos antes, en la zona de punción. En el segundo grupo se utilizó un juguete vibratorio con forma de abeja (Buzzy®) que permite distraer al niño antes y durante la punción. Y en el tercer grupo se combinaron las dos técnicas anteriores. Se colocaba la crema anestésica y además se aplicaba el dispositivo con forma de abeja.

Para evaluar el efecto se midió el dolor mediante escalas de autoevaluación donde participaron los padres (en los niños que no podían colaborar por su edad) y los propios niños. Los investigadores concluyeron que el método ideal para aliviar el dolor en los niños era el uso combinado del dispositivo vibratorio y la crema anestésica.

A pesar de que en su análisis, el doctor García Molina encontró factores de confusión, los resultados del estudio siguen la misma línea que el resto de estudios sobre el tema. "Se recomienda la combinación de varios procedimientos analgésicos para reducir el dolor producido por la técnica de la venopunción en la población infantil" explica Pablo García.

"Es gracias a actividades de este tipo cómo el grupo de investigación pretende potenciar el papel investigador del profesional enfermero", ha explicado el investigador principal.

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