Opinión

¿Estamos decididos a frenar el cambio climático?

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Sí. Y ya hemos empezado. Tras dos décadas de neoliberalismo salvaje, que puso en peligro la sostenibilidad de nuestro territorio, la mayoría del pueblo valenciano decidió en mayo de 2015 votar a fuerzas políticas comprometidas en la lucha contra el cambio climático. El resultado fue que los firmantes del Acord del Botànic acordaron que se había de poner fin a un modelo de gobernar basado en la especulación y en el saqueo del territorio y otros recursos naturales para beneficio de unos pocos. Había llegado el momento de ponerse a trabajar para la ciudadanía apostando por la sostenibilidad ambiental como uno de los ejes transversales presentes en la acción de los nuevos gobiernos.

En sólo dos años hemos visto cómo se han sentado las bases para corregir todo lo que es corregible desde los gobiernos autonómico y municipal. Bajo la máxima de pensamiento global, acción local, todas las políticas tienen presente que hemos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, conservar y mejorar nuestros ecosistemas (terrenos forestales y zonas húmedas) y terrenos agrícolas, mimando los suelos, la vegetación y las láminas de aguacomo sumideros de carbono.

Desde la revisión de la Estrategia Valenciana contra el Cambio Climático, que al contrario que la anterior será evaluada periódicamente con indicadores cuantificables, hasta el cambio radical (desde la raíz) de las políticas de movilidad, forestales, de espacios naturales, de gestión de residuos, agrícola y energética, entre otras, los gobiernos del cambio en nuestro territorio han sentado las bases para cumplir también con los objetivos de las cumbres internacionales.

No será fácil, pues el Gobierno central está decidido a seguir frenando el impulso de las energías renovables y la eficiencia energética, y además la herencia de dos décadas de políticas neoliberales no se cambia de un día para otro. Y no nos engañemos, hemos iniciado la sexta extinción masiva de especies en la historia de la Biosfera, y si se consuma habremos consumado nuestra autoextinción. Pero, insisto, si somos efectivos, podremos frenarla y seguir viviendo aquí.

El pueblo valenciano ya está trabajando en el camino de la sostenibilidad. Las personas son conscientes de que ése es el camino y que no hay vuelta atrás. De la rapidez y efectividad con la que se desarrollen todos los cambios necesarios para alcanzar los objetivos internacionales a nivel global dependerá que estemos contribuyendo a dar opciones a las próximas generaciones para que puedan seguir viviendo en este planeta.

De momento, la ciudadanía valenciana ya ha tomado una decisión y está trabajando en la senda correcta. ¿Seguimos juntos el camino?

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