En la calle Ingeniero Manuel Soto, y frente al Puerto de Valencia, se encuentra con las puertas y ventanas cerradas, el edificio que, durante años, fue testigo del ajetreo y del ir y venir de viajeros día tras día. Nos referimos a la estación de tren Grao de Valencia.
Esta estación, que se construyó en 1852, fue la tercera en ponerse en funcionamiento en el territorio nacional, después de Barcelona, Mataró y Madrid-Aranjuez. Pero además, es la estación más antigua de toda España que, todavía, se mantiene en pie.
Los ingenieros James Beatty y Domingo Cardenal realizaron el diseño de la Estación Grao de Valencia. Un diseño estético sobrio y funcional, pero que, hoy en día, es de gran valor y belleza. En aquel momento, esta estación formó parte del proyecto que uniría el Grao valenciano con Xàtiva, que a su vez formaba parte de la línea Almansa-Valencia-Tarragona. Un gran acontecimiento que congregó a un gran número de valencianos, que no se quisieron perder la gran inauguración.
Esta estación estuvo en servicio hasta los años 90. Fue en 2003, cuando se incluyó en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial del Ministerio de Cultura. Aun así, desde hace años, carece de uso y pasa desapercibida en una zona de gran actividad.
Tras las denuncias por el deplorable estado en el que se encontraba la Estación de Tren Grao de Valencia, Adif llevó a cabo la restauración de la fachada, así como la adecuación de cornisas, bajantes y elementos ornamentales. Sin embargo, su interior es muy diferente, y hasta que se decida qué hacer con este emblemático edificio de Valencia, la estación Grao seguirá esperando a que la vida vuelva a formar parte de él.