Enrique Velarte Navarro, dueño de la fábrica de rosquilletas Velarte, ha muerto esta mañana cuando conducía su coche cerca de la localidad de Castellar, donde residía. El suceso ha tenido lugar en la V-31, donde ha sufrido una salida de vía mientras se encontraba entre Sedaví y Catarroja. Los daños en el vehículo no han sido grandes, por lo que se trabaja con la hipótesis de que el empresario ha podido sufrir un ataque al corazón antes del accidente.
A sus 47 años, era el máximo responsable de la empresa valenciana dedicada a la fabricación de rosquilletas y snacks, que heredó de su padre, también Enrique Velarte.
Velarte nació a finales de la década de los sesenta, en 1969. Treinta años después, la fábrica se trasladó a Catarroja, desde donde cada día la compañía presumía de producir cerca de siete toneladas de su producto. Tras diversos cambios en cuanto a desarrollo tecnológico e imagen de la propia marca, junto a una ampliación de sus instalaciones, en la década de los 2000, Velarte sacó al mercado sus famosas Artesanas, reconocidas internacionalmente como producto de calidad.
Y fue a partir de este momento cuando la empresa emprendió su expansión internacional. En 2009 ya se había consolidado su exportación a países como Alemania, Francia, Italia o Portugal. Desde entonces, no ha parado de crecer. Pero hoy, la compañía dice adiós al empresario, Enrique Velarte Navarro. El accidente de tráfico ha conmovido a los directivos y a los trabajadores de la empresa familiar.