Opinión

Las cuentas cuadran

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València tendrá en 2018 el presupuesto más alto de su historia gracias a un aumento de ingresos obtenidos por la mejora de la gestión y la inspección de la recaudación tributaria. No vamos a tolerar el fraude fiscal de la misma manera que no vamos a subir impuestos. El recibo del IBI se mantiene para todos los inmuebles, mientras se ha revisado el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), que no se hacía desde 2004, y el Impuesto de Construcción (ICIO), que no se revisó nunca.

De la misma manera, se ha mejorado la gestión de la recaudación de multas de tráfico en virtud del convenio firmado con la Generalitat Valenciana y, actualmente, está en negociación la firma de un segundo convenio que también permitirá cobrar a los morosos en el pago del IBI. Nos estamos esforzando en que paguen todos, de manera que todos puedan pagar menos.En total el presupuesto asciende a 811’3 millones de euros, 24’6 millones más que el de este año y que irán destinados a prestaciones sociales básicas, cuya partida sube un 10% hasta alcanzar los 127 millones de euros. Además, lo más urgente y prioritario en este presupuesto es el gasto social, la protección ciudadana y movilidad, cultura y deporte y la dinamización de la economía local potenciando el fomento del empleo, el comercio, el turismo sostenible y la agricultura.

Entre los compromisos que se materializarán el próximo año está la convocatoria de oposiciones a policía y bomberos, después de años caídas, y de la carrera profesional de los funcionarios. La remodelación de jardines de la ciudad y la promoción de huertos urbanos, también la rehabilitación de la muralla islámica o de edificios como la Casa dels Bous y el Escorxador, en el Cabanyal, o la Casa del Relojero, en Ciutat Vella. También empezarán a recibir inversiones la urbanización de la parcela del Colegio 103, la remodelación de la plaza de la Reina, los campos de fútbol de Malilla, San Isidro y Olivereta, así como el acondicionamiento de las cuatro naves de Ribes en el Parque Central, destinadas deportes, cultura, bienestar social y educación.

Y todo ello reduciendo la deuda heredada de gobiernos anteriores. En concreto, en dos años y medio el Ayuntamiento de València ha reducido su deuda en un 21%, y el dinero que nos ahorramos en pagar a los bancos podemos dedicarlo a los servicios que ofrecemos para mejorar el bienestar de la ciudadanía. Estamos en situación de afirmar que esa deuda será a finales de año de 584 millones y está previsto que en 2018 descienda a 511 millones.

Otro aspecto destacado es el de la reducción del promedio de pago a proveedores, que hasta septiembre de 2015 oscilaba entre 40 y 60 días y nosotros lo hemos reducido a menos de diez días, y eso es muy importante para la pequeña y mediana empresa porque no tienen que recurrir a créditos. El de València es un Ayuntamiento responsable que contribuye a la dinamización económica de la ciudad.

Así podemos decir desde el Govern de la Nau que las cuentas cuadran y que somos el primer Consistorio en alcanzar un acuerdo para sacar adelante los presupuestos municipales que priorizan la calidad de vida de nuestros vecinos y vecinas, pensando en quienes más nos necesitan, fomentando la participación en la toma de decisiones e impulsando la creación de empleo.

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