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Partido difícil en una situación difícil. El Valencia sin Prandelli y con Voro llegó a este encuentro con un fondo de polémica detrás de la Noche Vieja que tuvieron que soportar jugadores, cuerpo técnico y la dirección.
Berizzo se aproximó a este partido con cautela, con la modestia de quien sabe que tiene ventaja por su condición, además de la consciencia de que las ausencias en la defensa valencianista significaban un bono extra desde el minuto 0. Él perdía para este partido a Gómez, Planas, Beauvue y Fabián Orellana. Pero eso no fue grave.
Los problemas comenzaron pronto. A las 2’ Javi Jiménez, quien tuvo que asumir el puesto a falta de Garay y Mangala, provocó un penal y Iago Aspas fue el encargado de marcar el 1-0.
Esto inauguró un inicio muy desfavorable para el Valencia. A los 8' intentó Parejo con tiro de falta y luego con un córner, lo que marcó el dominio de los blanquinegros en adelante. Luego fue Enzo Pérez el que intentó sin éxito con un fuerte disparo, pero nada.
Sin embargo, cuando los locales mejoraban, Cancelo erró en la salida y Théo aprovechó para consolidar un 2-0 terrible para la afición de Mestalla cuando el partido solo tenía 13 minutos de vida.
A los 18' Wass cavó otra tumba cuando recibió un pase de Théo por izquierda e hizo el 0-3, un festival de goles para el dolor de la afición. Desde ahí en adelante Parejo trató de tomar balones parados para revertir la situación, mientras Cancelo desaparecía del campo de juego.
A pesar del orgullo deportivo del 10 y los tiros de esquina reiterados en los últimos diez minutos, el balón no quería entrar en la portería del conjunto gallego. Así llegó el descanso y las palabras de ánimo en los vestuarios para dar la vuelta al resultado.
En el segundo tiempo Voro puso a Carlos Soler, alguien que este año empezará a decir presente a juzgar por sus regates y valentía a la hora de atacar. Por él sacó a Enzo, que llevaba unos minutos haciendo solamente faltas y que no tuvo hoy su mejor partido.
A los 56’ Rodrigo se escapó tras un pase en profundidad y Cabral cometió un penal claro. Parejo, el mejor entre tanto polvo, aprovechó e convirtió el 1-3 que le dio un poco de respiración al equipo y a Mestalla.
Minutos después Medrán salió por Bakkali para otorgar velocidad y ataque al juego, dos componentes esenciales para remontar. Al tiempo que Munir y Parejo se encendía, el Celta perdía vigor. Así y todo, en este lance el Valencia caía en los errores de siempre durante esta temporada: obsesionarse con el gol y perder el camino.
De esta forma Guidetti, ese viejo conocido que ingresó a los 72’, eludió a Jaume y marcó el 1-4 definitivo tras un pase de Théo Bongonda. El belga superó la banda izquierda cada vez que quiso y se convirtió en el jugador más desequilibrante de Berizzo en un duelo que confirma el estado grave del valencianismo.
Con este primer resultado del año el equipo che deberá viajar a Balaídos. No hay mucho más que decir.