¿Cómo convertir una casa solariega en una verdadera obra de arte que perdure a lo largo de los siglos? Eso debió pensar el Marqués de Dos Aguas cuando mandó reformar su edificio de la calle Poeta Querol. La antigua casa solariega de los Rabassa de Perellós, titulares del marquesado de Dos Aguas, comenzó su reforma en la década de 1740 convirtiéndose en todo un referente del estilo rococó de la época. Del conjunto, lo que más destaca es la puerta principal realizada por Ignacio Vergara, sobre el diseño de Hipólito Rovira, en alabastro.
La puerta está presidida por la imagen de la Virgen y de ella bajan dos caudales de agua en clara alusión al título de los propietarios. Sin embargo, esta no fue la única remodelación que va sufrir esta obra de arte, en 1867, José Ferrer llevó a cabo una reforma en la que sedaparecieron los frescos de Rovira de la fachada pues se encontraban debido a la humedad en mal estado. De ahí nació la actual apariencia del edificio con estucos en tonos grises y rosas imitando mármoles. También se pusieron los balcones de estilo francés con barandillas ondulantes.El Palacio del Marques de Dos Aguas, fue declarado monumento histórico-artístico en 1941 y desde 1949 atesora la colección donada por Manuel González Martí y fue en 1954 cuando se inauguró como Museo Nacional de Cerámica tras su rehabilitación. Ya en el interior se puede disfrutar de diferentes carrozas del siglo XVIII y de los salones decimonónicos con la decoración original.
La puerta está presidida por la imagen de la Virgen y de ella bajan dos caudales de agua en clara alusión al título de los propietarios. Sin embargo, esta no fue la única remodelación que va sufrir esta obra de arte, en 1867, José Ferrer llevó a cabo una reforma en la que sedaparecieron los frescos de Rovira de la fachada pues se encontraban debido a la humedad en mal estado. De ahí nació la actual apariencia del edificio con estucos en tonos grises y rosas imitando mármoles. También se pusieron los balcones de estilo francés con barandillas ondulantes.El Palacio del Marques de Dos Aguas, fue declarado monumento histórico-artístico en 1941 y desde 1949 atesora la colección donada por Manuel González Martí y fue en 1954 cuando se inauguró como Museo Nacional de Cerámica tras su rehabilitación. Ya en el interior se puede disfrutar de diferentes carrozas del siglo XVIII y de los salones decimonónicos con la decoración original.