Opinión

El Fondo de Cooperación Local, una herramienta útil para la ciudadanía

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Muchas vueltas parece extraño que aquello que se ha propuesto en un programa electoral se plasme en un compromiso concreto, y se lleve a la práctica. En esta ocasión el Fondo de Cooperación Local ha disfrutado de esa transformación gracias al Gobierno del Botánico. Ha dejado de ser un mantra que, legislatura tras legislatura, se vendía nombrando y proponiendo, pero que nunca, ningún gobierno, se había atrevido a transformarlo en algo tangible.

En el Debate de Presupuestos de 2017 que realizamos a las Cortes Valencianas, trajimos, y después aprobamos, un fondo incondicional de la Generalitat para los gastos de las administraciones locales. Un fondo que se complementaría con la ayuda de las Diputaciones, Unión Europea y el Instituto Valenciano de Finanzas.

Cuarenta millones ha sido la primera aportación que hace el Consejo de sus cuentas, a los que habrá que añadir otros 40 millones de las Diputaciones Provinciales. Y dónde sólo la Diputación de Alicante está poniendo reticencias a no querer colaborar con los ayuntamientos de su provincia.

Las fuerzas que formamos el Acuerdo del Botánico, y que estamos al frente de muchos ayuntamientos, sabemos de la importancia de esta inyección económica, la cual servirá sin lugar a dudas para poder terminar proyectos que, de ninguna otra forma, hubieron podido ser abordados.

Es una muestra más que los actuales gestores del Consejo, aparte de hacer buenas propuestas para mejorar la financiación municipal, dan ejemplo y cumplen con el programa electoral, poniendo los medios económicos adecuados y estableciendo mecanismos de reparto objetivos y proporcionales. Hemos pasado del clientelismo partidista a establecer un tratamiento justo y equitativo en todas las entidades locales, independientemente de quienes ostenten el gobierno respectivo.

Es sin duda un hito histórico y un compromiso hecho realidad por parte de un nuevo Gobierno que tiene claro que la recuperación y el impulso de la sociedad valenciana hay que iniciarlos desde el municipalismo, desde el tejido comercial de barrio, con los autónomos, los profesionales y la industria tradicional valenciana adaptada a los nuevos tiempos. Así quedó también patente en la XIV Asamblea Extraordinaria celebrada por la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, donde se remarcaron varios retos para este siglo XXI, como es el nuevo modelo de financiación local, la eliminación de las trabas que pone el Estado en el ámbito económico y de recursos humanos, así como la definición de una nueva ley de Régimen Local Valenciana que dé respuestas a las demandas de este nuevo tiempo que estamos viviendo.

Y todo esto lo podremos hacer con políticas de proximidad, que chafan la calle y atienden las necesidades reales de nuestros pueblos y ciudades, y no se destinan más dinero a proyectos faraónicos y ruinosos como los que hemos sufrido en etapas anteriores. En esta línea se ha concebido este Fondo de Cooperación Local, una herramienta útil a los ayuntamientos y también a los ciudadanos.

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