El Canyamelar, un barrio a descubrir

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Quizá alguien se pregunte al leer el título si es posible que quede algún barrio de la ciudad de Valencia por descubrir, pudiéndosele responder que ello dependerá tanto del barrio como del observador.

La cuestión no es tan sencilla como parece pues Valencia tiene diecinueve distritos, incluyendo pedanías, estando compuestocada uno de ellos como mínimo por dos barrios. Si hacemos la prueba de localizar sus límites a pie de calle nos percataremos de la dificultad. Así, si deambulamos por el distrito de Ciutat Vella tratemos de identificar las calles lindantes de los barrios del Pilar y del Mercat. No es más sencillo acertar en otras partes más modernasde la ciudad, como por ejemplo, en los barrios Pla del Remei yGran Vía del distrito L’Eixample.

El Canyamelar es un barrio perteneciente al distrito Poblats Marítims. Tal distrito está compuesto, de sur a norte, por los barrios de Natzaret, el Grau, Cabanyal-Canyamelar, Beteró y la Malva-rosa. Aquí el asunto resulta algo más fácil, pues, tanto el Canyamelar como su vecino el Cabanyal (y un barrio oficialmente ignorado llamado Cap de França) presentan una trama urbana ortogonal, algo que siempre ayuda a la hora de la identificación de los límites.

Dado que, según la nomenclatura de los barrios de la ciudad de València, el Canyamelar va, desde hace unas décadas, indefectiblemente unido al Cabanyal, presentando – caso único en la toponimia urbana del Cap i Casal si exceptuamos las pedanías - la forma Cabanyal-Canyamelar será interesante describir sus límites. Así, por el sur la calle Francesc Cubells; por el norte la calle Mediterrani; por el este el mar y por el oeste el Bulevar Serrería.

Ese imaginario rectángulo recibe el nombre de Canyamelar por haberse cultivado hace siglos en sus inmediaciones la canyamel o caña de azúcar. Así lo manifiesta el jurista e historiador Marcos Antonio de Orellana en un informe que remite a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia en 1801. Es en el último tercio del siglo XVIII cuando se consolida el Canyamelar como eje económico, religioso y social de lo que entonces se conocía como Las Barracas del Grao (Canyamelar, Cabanyal y el Cap de França).

Es ahí, en el corazón del Canyamelar, donde se construye por disposición del arzobispo Andrés Mayoral una curiosa ermita, llamada la Capilla de las Barracas y también la Ermita Nueva del Rosario, consagrada en 1774. Ese lugar de culto fue especialmente diseñado para evitar todo contacto entre los fieles de ambos sexos para lo cual se levantó un muro separador en el centro de su única nave y se abrieron dos puertas en su fachada, la derecha para la entrada y salida de los hombres y la izquierda para el mismo fin respecto a las mujeres. Nada dejó al azar el pudibundo prelado. La ermita fue reformada en 1882, construyéndose además una torre campanario, convirtiéndose unos años más tarde iglesia parroquial, iglesia que sigue conservando esas dos puertas frontales así como sus tres columnas centrales. Nos atrevemos a calificarlo como un caso único entre las iglesias parroquiales de España.

El Canyamelar dispone de buenos equipamientos culturales y deportivos: el magnífico Teatre El Musical (TEM), cuya puerta principal es la más grande de la ciudad; el Museo de la Semana Santa Marinera; el Museo del Arroz; L’Observatori del Canvi Climàtic; el Ateneo Marítimo con su gran salón multifuncional; el Ateneo Musical del Puerto; la Biblioteca Municipal Casa de la Reina así como un muy bien dotado Polideportivo Municipal.

Nacieron en este barrio marítimo notables personalidades del mundo del arte, la cienciay los negocios como los pintores Juan Bta. Bru de Ramón, Bernardo Ferrandis, José Benlliure y Ernesto Furió; el doctor Joaquín Casañ i Riglá, catedrático de las Universidades de Barcelona y Valencia, cofundador y dos veces presidente del Instituto Médico Valenciano y Ernesto Anastasio Pascual, marino, abogado y cofundador de la Compañía Transmediterránea y de CAMPSA.

En lo relativo a gastronomía y ocio el Canyamelar proporciona posiblemente la mayor y mejor oferta de Valencia en lo que a hostelería y restauración se refiere, comenzando por locales tan emblemáticos en el mundo del tapeo como Casa Guillermo, Casa Montaña, L’AncoraCanyamelar y L’Entrepà. En lo relativo a restaurantes hay que mencionar la cantidad y calidad de los que concentra, en la misma playa, el Paseo de Neptuno, liderados por locales tan acreditados como La Pepica y La Marcelina. Otro tanto cabe decir de los hoteles, contando con esa maravilla arquitectónica que es el Hotel Balneario Las Arenas.

Se aproxima la Semana Santa, tiempo que se vive con especial intensidad en el Canyamelar con sus distintos actos y procesiones. No se lo pierdan.

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