Opinión

Dos años de cambio… y sumando!

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Desde el pasado mes de mayo estamos celebrando en la Comunitat la llegada en 2015 del cambio político a las instituciones de gobierno valencianas. Una ola de cambio que comenzó por la estructura municipal, donde a día de hoy contamos con un 70% de ayuntamientos liderados por gobiernos progresistas, continuó con la Generalitat Valenciana, que llevaba 20 años en manos del Partido Popular, y que se culminó en julio con el giro en la Diputación de Valencia, que también durante más de dos décadas había estado mirando hacia la derecha.

Y lo celebramos sobre todo porque, después de dos años, lo que en mayo de 2015 pudo ser visto por algunos únicamente como un mero cambio político ha demostrado ser un cambio profundo en la forma de concebir y de hacer la política, que está teniendo efectos directos en la vida de las personas. Y lo digo convencido de que pocos serán a estas alturas los valencianos y las valencianas que no se hayan visto directamente beneficiados del ejercicio de una nueva política en la que se prioriza el bienestar social general por encima del beneficio privado y que cuando se trata de defender el acceso universal a los servicios básicos, como son la Educación o la Sanidad, no se queda sólo en las palabras sino que pasa a los hechos, promoviendo la gratuidad de los libros de texto, eliminando copagos sanitarios o aumentando los servicios y especialidades que se prestan en los centros públicos.

Una nueva política que cree seriamente por los jóvenes, su preparación y su empleabilidad, y apuesta por su futuro a través de planes específicos. Y que al tiempo que trabaja para fomentar el crecimiento económico, se preocupa por el Medio Ambiente al objeto de crear entornos sostenibles, tanto en el medio rural como en el urbano.

Una nueva política que huye de los grandes eventos e infraestructuras que sólo buscaban opacar, mediante el deslumbramiento colectivo, la ineficacia de una gestión que estaba llevando a esta Comunitat a la cola en materia de derechos, de empleo y de desarrollo, y opta por destinar esos recursos a mejorar directamente la vida de las personas.

Y también una nueva política que ha cambiado en su relación con el resto de administraciones los criterios del partidismo por los de la colaboración interinstitucional, comenzando por los ayuntamientos, a los que, fruto del convencimiento que son quienes más de cerca viven y conocen los problemas de la ciudadanía y mejor respuesta, por tanto, pueden ofrecer, tanto la Generalitat Valenciana como la Diputación de Valencia, han dejado de mirarlos desde arriba para pasar a trabajar codo a codo con ellos. Así, los ayuntamientos, independiente de su signo político, cuentan ahora con una mayor financiación y recursos para ejecutar aquellos servicios e infraestructuras que sus vecinos y vecinas necesitan.

Ya han pasado dos años y han cambiado muchas cosas, sí, pero al tiempo también podemos decir que sólo han pasado dos años y queda mucho por cambiar. Pues si entendemos el cambio en nuestra Comunitat no sólo como la sustitución de la derecha por la izquierda en las instituciones de gobierno, sino como esas mejoras en la vida de los valencianos y valencianas merecen, todavía queda mucho cambio por hacer. Así que, celebramos dos años de Cambio ¡y seguimos sumando!

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