Pocas son las excusas que pueden haber, a día de hoy, para no reciclar. El desconocimiento ya no es motivo, pues constantemente recibimos información advirtiéndonos de las graves consecuencias de una gestión deficiente de residuos, que empieza en nuesto propio hogar. Así pues, somos uno de los protagonistas y responsables, y de nosotros depende buena parte de la mejora de esta situación.
Por eso aprovechamos que hoy se celebra el Día Mundial del Reciclaje para tratar este tema desde un punto de vista práctico, que permita a cualquier persona adoptar hábitos de vida, por un lado saludables, por el otro sostenibles, para con el planeta – y esto nos incluye a nosotros y al resto de seres vivos. De hecho, la finalidad de este día no es otra que concienciar de la importancia de realizar esas pequeñas acciones individuales, pero de forma continuada en el tiempo.
CONSEJOS PRÁCTICOS Y SENCILLOS PARA RECICLAR
En realidad todo se basa en las ya de sobra conocidas "3R" : Reducir, Reutilizar y Reciclar. Vamos a ver ejemplos concretos:REDUCIR
-Intenta reducir la compra de productos con excesivo envoltorio (es realmente difícil encontrar un producto sin plástico en su envoltorio, pero al menos evitar aquellos que lo utilizan en exceso), así como botellas de plástico. De estas últimas puedes optar por bebidas con envases de vidrio o, al menos, una garrafa grande siempre será mejor que las botellas individuales o las latas.-Vayas donde vayas, nunca tires nada al suelo. Sorprende el conocimiento popular de esta obviedad y, sin embargo, desconcierta la cantidad de residuos que podemos encontrarnos, tanto en la calle como en entornos naturales. Para hacernos una idea, una colilla tardaría de 1 a 2 años en desintegrarse (lo cual no quiere decir que no contamine igual); un chicle, hasta 5 años; una lata, 10 años...
-En cuanto a dispositivos electrónicos, procura preferir siempre aquellos que no funcionen con pilas. Las baterías son tóxicas también, sí, pero se "reutilizan", se recargan, mientras que las pilas se acaban y hay que comprar nuevas, desechando las antiguas; en fin, un ciclo que no termina.
REUTILIZAR
-Las bolsas de plástico ya están notando el cambio, que han pasado a alargar su vida útil más allá del "usar y tirar". Reutilizarlas es una buena opción, aunque mejor aún es ir a comprar con bolsas de materiales como tela, o esparto, que, además de soportar mejor el peso, cuentan con una utilidad más extendida en el tiempo.-A la hora de tomar apuntes, hagamos uso de las tecnologías ya que las tenemos. ¿Para qué gastar papel, pudiendo escribir en el bloc de notas del ordenador? Recuerda que, por cada tonelada de papel, se talan unos 15 árboles. Si no puedes renunciar a él, al menos compra materiales hechos con papel reciclado.
-Los envases de vidrio pueden reutilizarse, con más o menos creatividad, como elementos decorativos. Por ejemplo, el envase de las cremas de chocolate para untar puede servir como vaso (de hecho, los creativos de productos de este tipo ya los diseñan pensando en este uso posterior); o una botella alargada puede valer como florero... Te sorprendería la cantidad de cosas que se puede hacer con este material antes de desecharlo.
RECICLAR
-La tarea esencial a diario resulta la más sencilla: se trata de contar con bolsas diferentes para nuestros residuos en casa, que nos facilitará luego el depositarlas en los diferentes contenedores. Una para cartón y papel, que irá destinada al contenedor azul; otra para botellas y envases de plástico, envases metálicos y briks, que irán al contenedor amarillo; otra para el vidrio, que se depositará en el contenedor verde; y por último, la general de residuos orgánicos.-El aceite usado es uno de los contaminantes olvidados, que acaba virtiéndose por el retrete. Aquí puedes hacer una doble función muy sencilla: reutilizar un envase vacío, rellenándolo del aceite que vas usando. Una vez lleno, llévalo a un punto limpio o lugar a tal efecto.
-Las pilas son de los elementos más nocivos que pueden existir para el medio ambiente. Mercurio, arsénico, plomo, cadmio... Son componentes que pueden tardar hasta 1.000 años en degradarse, aunque la mayoría no pierden su carácter nocivo. La solución: nunca tirarlas a la basura; las pilas se deben llevar a los contenedores creados específicamente para ellas.
La finalidad no es tan complicada, simplemente se basa en dejar nuestro entorno al menos un poquito mejor de lo que estaba. Nada debería ser más importante que cuidar el medio ambiente, nuestro planeta, que es el que, a fin de cuentas, hace posible todo lo que podamos imaginar, empezando por algo tan simple como la vida.