El 17 de mayo de 1990 la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud decidió eliminar la homosexualidad de su lista de enfermedades psiquiátricas, excluyéndola así de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud.
Por esta aprobación, hace 27 años, se decretó el día 17 de mayo como ‘Día Internacional contra la Lesbifobia, la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia (LGTBifobia)’. La respuesta para una sociedad igualitaria sin “rechazo, miedo, repudio, prejuicio o discriminación hacia mujeres u hombres que se reconocen a sí mismos como LGTBI”.
Desgraciadamente, la lucha contra lo que algunos consideran “lo normal” no está vencida ya que la transexualidad está, un poco, en el limbo, es decir, el pasado mes de febrero la OMS comunicó que dejará de considerar la transexualidad como un trastorno en la nueva edición de su manual de enfermedades tal y como se decretó en 1990. Esta propuesta tuvo una gran aceptación por el colectivo, aunque no deja de llamarse definirse como una “incongruencia de género” cosa que sigue sin agradar. Sin duda, un hecho por el que la sociedad de hoy en día no debe dejar de luchar, no debe rendirse ni permitir que las personas sean lo que la sociedad le impone. No se debe permitir la ansiedad por no dejarle ser, por etiquetar la identidad de género como algo discriminatorio.
La LGTBifobia se manifiesta en diferentes ámbitos los cuales, además, educan a las personas sobre cómo tienen que tratar al colectivo en las distintas situaciones de la vida. La discriminación por orientación sexual e identidad de género sigue estando muy presente en los centros educativos y sigue teniendo mucho peso en la forma en la que los alumnos se mentalizan. Es necesario, y casi obligado, que en la sociedad en la que vivimos, el profesorado sea consciente de lo que ocurre en las aulas y esté formado para una educación igualitaria y respetuosa, porque esta es la base de una enseñanza tolerante y considerada. Otro de los ámbitos más comunes son los puestos de trabajo, donde algunas personas LGTBi sienten la necesidad de reprimirse por las posibles consecuencias en sus condiciones laborales o estabilidad de empleo.
De esta forma, ayudaríamos a que las personas LGTBi no se sintieran cohibidas ni tuvieran miedo ni motivos para esconderse tras una barrera personal con el fin de no tener que exponerse a críticas, insultos y situaciones de discriminación tanto directas –“que una persona sea, haya sido o pueda ser tratada de modo menos favorable que otra en situación comparable por ser LGTBi”- como indirectas – “que una disposición o práctica pueda ocasionar una desventaja particular a personas LGTBi”.
Iniciativas contra la LGTBifobia
En la Feria Internacional de Turismo Madrdid (FITUR) de septiembre de 2016, la Comunitat Valenciana se presentó como un destino gay-friendly, un concepto con el que se pretende dejar ver que un destino está abierto a cualquier colectivo sin discriminación alguna.
Hoy en día, cada vez más, somos partícipes de campañas donde se defiende y normaliza al colectivo LGTBi. El pasado 2016, vimos como varias ciudades pintaban sus pasos de cebra con la bandera LGTB o banderas del arcoíris sustituyendo el blanco de los pasos de peatones por los colores de la diversidad y la tolerancia. Aun con las críticas recibidas por el CSI·F, ayuntamientos valencianos como el de Gandia, Xàtiva, Dénia y Sagunt decidieron llevar a cabo esta iniciativa para reivindicar el Día del Orgullo Gay y así pedir que no se discrimine a nadie por su tendencia sexual.
Fuentes del CSI-F han indicado que ellos no se oponen a ninguna celebración, las defienden. En concreto, sobre los hechos del año pasado, matizan que "pintar los pasos de peatones de colores que no sean el blanco incumple la normativa internacional de circulación".
Del mismo modo, en Gandia, el Teatro Serrano con la colaboración de Clgs Lgtb Safor, proyecta una película que cuenta la historia de una policía con cáncer y ruega que se le reconozca la viudedad que la justicia niega por ser lesbianas. Además, el día 20 de mayo, el colectivo “Front contra la LGTBIfòbia” se concentrará en la Plaza Mayor de Gandia para rendir homenaje a Javier Abil, víctima de homofobia en La Safor, bajo el lema ‘Prou agressions som i estimem com volem”.
Otra de las campañas es la reciente iniciativa del Ayuntamiento de Valencia, el cual ha decidido pintar 16 bancos de cuatro parques de la ciudad (Plaça del Temple, Jacinto Benavente, Luis Mayans y Jardines del Real) con la bandera arcoíris con motivo de la celebración del Día Internacional contra la LGTBifobia. De esta forma, el consistorio muestra su apoyo al colectivo y a la igualdad de género. Asimismo, la concejalía de Igualdad y Políticas rendirá homenaje con una placa conmemorativa en la plaza del Mercat de València a Margarida Borràs, referente del movimiento transexual por ser el primer caso documentado de tortura y asesinato en Valencia por identidad de género.
Ley en la Comunitat Valenciana
Las Cortes Valencianas aprobaron el pasado 31 de marzo la “ley integral de reconocimiento del derecho a la identidad y expresión de género en la Comunidad Valenciana”. Con esta ley se pretende que la transexualidad sea un instrumento de normalización como una realidad visible con el fin de evitar que las personas oculten su condición por miedo a la desaprobación social o su situación laboral pueda verse perjudicada.
Esta ley fue aprobada con el único voto en contra del Partido Popular. Y el texto fue apoyado por los principales colectivos trans y LGTB valencianos como AMPGYL, Chrysallis, Diversitat, Fundación Daniela y Lambda.
Dejemos ser, dejemos vivir y no permitamos que nuestros comportamientos se conviertan en placeres de la sociedad que no nos deja crecer como personas atándonos a un estilo de vida antiguo y sin decisión propia, insultando al amor, prohibiendo la libertad. Basta de miedo, rechazo y repudio.