El descenso aún es el monstruo a vencer

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No basta con triunfos como contra el Espanyol o el Villarreal. Tampoco con el empate en Sevilla contra el Betis. El Valencia ya borró sus prioridades de principio de temporada, como alcanzar puestos de UEFA, Champions o ese Universo paralelo en que se podía ser campeones de la Liga si no hubiera pasado todo lo que ha pasado…

En el partido contra el Athletic del próximo domingo comienza este periplo de quince días en que el Valencia enfrentará a equipos poderosos de la Liga. Y el miércoles 22, en una semana, el equipo de Voro se enfrenta al líder hasta hoy, el Real Madrid, en un partido que será electrizante pero que al mismo tiempo podría dejar malherido al conjunto del Túria.

Solo tres días después, el sábado 25, el Valencia se enfrentará al Alavés de visita, actual finalista de la Copa del Rey con el Barcelona. El equipo de Pellegrino está probablemente en el mejor año de su historia y quiere hacer historia al alcanzar una instancia que nunca antes había visto.

Pero la odisea de encuentros no acaba ahí. Entre semana, el último día de febrero, el Valencia se encontrará con el Leganés en Mestalla. Si bien el equipo madrileño tuvo un comienzo regular ahora marcha en el puesto 17, convirtiéndose, por lo tanto, en rival directo del Valencia y uno de los candidatos al descenso. Pase lo que pase antes de enfrentarse a los de Butarque, los blanquinegros tienen una tarea difícil, porque solo cinco días después el rival será el Atlético de Simeone.

El club valencianista no aseguró los partidos que debiera haber cerrado y ahora se le viene encima una serie de choques difíciles que sin ninguna duda habrá que superar para eludir el descenso. Si bien el Granada cayó por 4-0 en Ipurúa, el mismo marcador sufrido en Mestalla, Osasuna dio una buena imagen ante el Real Madrid en su último partido y el Sporting de Abelardo superó precisamente al Lega de visita.

Cuando el panorama se torna complicado las huestes reaccionan. Con el calendario en contra y lesiones importantes, como la de Rodrigo y Santi Mina, los blanquinegros habrán de ser los únicos que reaccionen. De otra manera habrá más tensión en un equipo en el que los aficionados ya hablan de protestas fuera del estadio y otras acciones de presión.

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