Terminado el mercado de fichajes, la presidenta y el director deportivo aprovecharon la presentación de Mangala y Garay del viernes pasado para responder preguntas incómodas, seguramente las últimas que recibirán sobre algunos temas. La rueda de prensa, dedicada a la llegada de los dos defensas, sirvió para limar asperezas en temas como el Caso Alcácer, el probable fichaje de Gonçalo Guedes para el mercado de invierno (descartado por Suso), las salidas e incorporaciones —presupuestadas o no—, los gastos y ganancias y el papel del agente Jorge Mendes en los movimientos de este verano.
En la conferencia, se habló por última vez de Alcácer y de la cláusula que, más allá del cariño por el escudo, lo mantenía unido al Valencia; de esta cláusula el Barcelona pagó menos de la mitad, por lo que finalmente su monto no se respetó. Suso solo contó que la decisión de irse fue del jugador y que las cláusulas están hechas por el mercado, sin dar lugar a más interpretaciones. Sin embargo, Layhoon Chan aprovechó el momento para explayarse con profundidad sobre el hecho, reconociendo que Alcácer prácticamente le rogó que consideraran la oferta de los azulgranas.
“Si hubiésemos querido venderlo, lo hubiésemos vendido hace tres semanas (…) La dirección deportiva y el entrenador le dieron claramente su opinión y sus consideraciones deportivas sobre la operación. Pero para mí la situación social prevalecía por sobre las otras. Él era un ícono para la cantera”, aseguró. “Vino a hablar conmigo para decirme que quería irse. Yo estuve muy decepcionada con lo que escuché en la conversación (…) Quiero que él entienda que él tomó la decisión (…) Le dije a Paco que solo consideraría finalmente la oferta si el club era capaz de conseguir un sustituto”, confesó la presidenta, prácticamente cargando toda la responsabilidad sobre el delantero y expresando que, con la llegada de Munir, la Operación Alcácer estaba lista para realizarse.
Un pasado con antecedentes
Todo indica que las preguntas dirigidas a Suso y Layhoon Chan dieron cierta justicia a aquella fracción valencinista que todavía duda sobre el actuar de los directivos y no se conforma con la llegada de nuevos referentes, como Nani, Garay o Mangala, sin poder olvidar la partida de Paco Alcácer. Tienen antecedentes para desconfiar de la política de quienes han dirigido el club estos últimos años, ya que hay casos recientes que evidencian decisiones a lo menos polémicas, como la partida de Otamendi al Manchester City por 45 millones de euros en agosto del año pasado. En su momento, el argentino, junto con Mustafi (ahora también en el fútbol inglés), conformó una de las mejores parejas de centrales de la temporada 2014-2015. Entonces, ¿por qué se fue?
Remontándonos más atrás, siguen quedando claros los orígenes de las molestias de la afición. Basta recordar el caso de Mendieta, quien estuvo en el club por nueve temporadas, alcanzando una Copa del Rey, una Supercopa de España y dos finales de la Champions, en los que fueron tiempos mejores para los blanquinegros. El centrocampista fue transferido a la Lazio por 7500 pesetas (48 millones de euros), convirtiéndose en uno de los jugadores españoles más caros de la época y dejando un indudable vacío en los valencianistas.
El mismo destino tuvo uno que aún sigue siendo un ídolo de la afición, ovacionado el pasado 13 de agosto en el Trofeo Naranja: Claudio Piojo López, quien se fue a la Lazio en el año 2000 por 35 millones de euros y que, a pesar de la ilusión de los aficionados del equipo romano, no cumplió las expectativas. Después de esto los aficionados pedían su vuelta, pero El Piojo nunca volvió.
Con esto, ¿es necesario hablar de Mijatovic? Vistió la camiseta del Valencia entre 1993 y 1996. En la temporada 1995-1996 incluso llegó a ser considerado el mejor jugador de la Liga. Pero algo pasó… El serbio recibió una oferta del Real Madrid y la aceptó, luego de prometer una y otra vez que no dejaría el equipo. Otra decepción para los del Mestalla.
Queda claro que no se pretende culpabilizar a los jugadores, pues estos tienen el derecho de buscar mejores horizontes. Así y todo, ¿tienen los clubes la facultad y las armas para retener a sus mitos y promesas? Así parece, y es eso justamente lo que no han hecho los cerebros administrativos del Valencia, conformándose con primar en bastantes ocasiones el dinero por sobre el sentir de sus seguidores.
Un bolsillo que pesa bastante
Además, Chan y García Pitarch se refirieron a los ingresos que recibió el club este verano, con Gomes y Alcácer como los fichajes más caros (ambos con rumbo al Barcelona). Para tomar en cuenta una sola estadística, el Valencia fue el equipo español que mejor balance económico puede hacer tras el mercado de fichajes. Gastó solamente 10 millones de euros, pero entraron casi 103 mil millones.
Sin ir más lejos, la gestión del dueño Peter Lim y de la presidenta Layhoon Chan no tiene contentos a los nostálgicos que vieron a un equipo que llegó a grandes instancias y se llevó reconocidas copas a casa. Ya se fue Mustafi al Arsenal y Alcácer al Barcelona, dos grandes referentes que con sus fichajes dejaron en los bolsillos del club una suma que a ojos de los aficionados podría significar más y mejores fichajes.
Así se refirió al tema la presidenta: “No es verdad que tenemos mucho dinero en la compañía después de las ventas. Cuando vendes, estas ventas se hacen de forma diferida. Cuando quisimos comprar a jugadores que muchos equipos querían, nos ha requerido pagar más que otros clubs”, afirmó Layhoon Chan, desmintiendo la buena bonanza del club tras el mercado de fichajes. “Estaríamos felices de que hubiera cien millones de euros en el banco, pero desgraciadamente en el banco no hay ese dinero”, confesó sentidamente.
Por su parte, Suso se refirió al rol de Jorge Mendes en la salida de André Gomes y la entrada de Garay y Mengala, cerrada en una semana que para el director deportivo fue convulsa, pero con un final feliz: “Sin la ayuda de él estas operaciones no se hubieran podido llevar a cabo”, dijo. Al mismo tiempo, se mostró satisfecho con los últimos movimientos del Valencia en el mercado: “Cada uno de los jugadores ha sido el primer target de cada una de las posiciones de las que estábamos buscando”, concluyó.
A pesar de las versiones de la dirección, lo que sin duda todos quieren es que el equipo che comience por fin a mostrar sus frutos. El primer objetivo: salir del final de la tabla y subir en la clasificación, algo que implicaría los primeros rostros satisfechos y la renovación de la confianza por parte de la afición. De manera que el partido del Betis del próximo domingo es el próximo escollo a superar.