Asistimos asombrados en los últimos días a la oposición del Ayuntamiento de Valencia, con Compromís a la cabeza, a la ampliación de la V-21 por parte del Ministerio de Fomento. Es incomprensible cómo el alcalde de Valencia, Joan Ribó, puede defender la paralización de la ampliación de la V-21, una ampliación que hace dos años solicitó en el Congreso de los Diputados, lo que viene a demostrar la habitual doblez de Compromís que se mueve exclusivamente por intereses políticos. Es capaz de frenar una inversión de 30 millones de euros que ya estaba en marcha. . Este partido político cambia de opinión a cada noticia y según sus intereses, poniendo en jaque los intereses de los valencianos.
La V-21, la entrada a Valencia por Barcelona, es una de las obras más demandadas por los valencianos porque aliviaría la entrada a la ciudad, una demanda que hace unos años paralizó José Luis Rodríguez Zapatero y que ahora Compromís se ha encargado de volver a bloquear.
A la V-21 se suma el rechazo a las obras de la V-30 por lo que la historia nos demuestra que todo apunta a que PSPV y Compromís tienen una obsesión política por bloquear, ralentizar y evitar que la tercera capital de España cuente con mejores accesos y habría que preguntarse qué les mueve realmente porque algo no cuadra. No se puede entender esta especie de delirio sectario, oponiéndose a proyectos estratégicos solo porque "vengan de la mano del PP". Desde Compromís deben obsesionarse menos con el PP y más con las demandas de los ciudadanos. Deberían actualizar su antiguo lema de "rescatant persones" por el de "afonant persones".
No exagero. Visto lo visto, Compromís es un lastre para el desarrollo de la Comunitat con su oposición obsesiva a proyectos que impulsarán la provincia como la V-21, el Parque Central o la V-30, y que dibuja un partido que solo quiere frenar la Comunitat. Con estas paralizaciones, este partido político escribe la historia más negra de las infraestructuras de la Comunitat.
El objetivo del proyecto es aumentar la capacidad de la V-21 mediante la construcción de un tercer carril en un tramo de autovía que actualmente soporta más de 70.000 vehículos de media al día, mejorando de esta forma el nivel de servicio. Parece que la izquierda es el rey del colapso. No tienen bastante con colapsar la ciudad de Valencia sino que ahora se oponen a aligerar el tráfico en una de las zonas más concurridas del área metropolitana de la ciudad, la entrada desde el norte por Sagunto.