El Centre del Carme revisita la historia del arte español de mediados del siglo XX al XXI

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El Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana ha presentado la exposición 'Vanidades, intelecto y espiritualidad', de la colección Ars Citerior, en el Centre del Carme de Valencia, que se podrá ver hasta el 25 de septiembre.

El director del Consorci de Museus, José Luis Pérez Pont, y el comisario de la muestra, el coleccionista, Javier Martín, han sido los encargados de presentar la muestra.

Pérez Pont ha señalado que "esta exposición ofrece una relectura del arte español a través de 65 obras de 53 artistas desde mediados del siglo XX hasta nuestros días, abordando tres aspectos que son universales e inherentes a la condición humana como son las vanidades, el intelecto y la espiritualidad".

"Estos tres conceptos sirven para profundizar en la obra de destacados artistas españoles como Rafael Canogar, Josep Guinovart, José María Iglesias, Manuel Hernández Mompó, Guillermo Pérez Villalta, Gerardo Rueda, o Jordi Teixidor", ha explicado el director del Consorci, quien ha recordado que "la exposición es una producción del Consorci de Museus con la colaboración de la colección Ars Citerior".

La exposición es, asimismo, una oportunidad para descubrir tanto a artistas recuperados recientemente, como el alicantino Ángel Luque (que huyó a Venezuela durante la dictadura franquista) o Elena Asins, como obra inédita de importantes pintores como Yturralde, Ana Peters, Salvador Victoria, Hugo Fontela o Darío Villalba, ya que la mitad de piezas que componen la exposición se exhiben aquí por primera vez.

El recorrido por la muestra permite reconocer las corrientes artísticas y los movimientos que han destacado en la historia del arte español, como el informalismo o la pintura geométrica frente al grupo de Cuenca, formado en torno a Fernando Zobel y el Museo de Arte Abstracto Español (que precisamente ha reabierto sus puertas recientemente). Según el comisario de la muestra, "este grupo era conocido como los 'buscadores de la excelencia', donde se encuentra obra más lírica de Mompó, Gerardo Rueda, Gustavo Torner, o José Guerrero y alrededor de ellos Salvador Victoria, Miura, Teixidor o Yturralde, interesante movimiento sobre el que no se han hecho muchas exposiciones en Valencia y que sirvió de contrapunto a la pintura negra de los años 60 y 70".

En esta relectura del arte español tienen cabida, asimismo, artistas jóvenes (en torno a 15 artistas tienen menos de 40 años) con una cierta trayectoria como Hernández Domínguez Albano (premio BMV), Marlon de Azambuja, Maya Saravia, o el valenciano Manuel Blázquez (uno de los artistas seleccionados en la próxima edición del Proyecto 3 CMCV del Consorci de Museus).

"Con un carácter divulgativo, la exposición acerca la obra contemporánea al público, nos recuerda el peso que han tenido también los pintores valencianos para la historia del arte español con grupos como Estampa Popular o el Grupo Parpalló y nos ayuda a prolongar esta historia hasta llegar a los artistas más jóvenes, integrarlos en ella, y apreciar así la importancia de sus aportaciones. Todo ello gracias a la generosidad de coleccionistas como Javier Martín cuyo interés y amor por el arte contemporáneo permiten que los artistas puedan seguir desarrollándose", ha concluido Pérez Pont.

Discurso expositivo

El recorrido se ha dispuesto en tres secciones claramente diferenciadas. La primera es la del entorno del hombre, el paisaje, ya sea natural como en el árbol a gouache de Joan Hernández Pijuan rememora a su querido Folquer, o el de la tierra trabajada y modificada de la 'Caja Rostroll', de Josep Guinovart, en recuerdo a su infancia en Agramunt. Merece especial atención 'Fondo Mediterráneo VI', donde Vicente Vela muestra restos de culturas que conocieron pasados momentos de gloria y que ahora están olvidadas en el fondo de un mar que las creó y acarició.

Dentro de esta misma sección, las obras dedicadas a las vanidades, como el lienzo 'Casanova' de Dis Berlín, o el cartón de 'Los coleccionistas' de Víctor Cámara, o los esquemas trazados por Maya Saravia basándose en mapas de las guerras de Irak y Afganistán.

La exposición también hace referencia a la manifestación más propia del hombre: la inteligencia. Y con ella la capacidad de crear arte, aspecto que tal vez no tenga una utilidad práctica en sí misma, pero que le sirve para intentar conocerse y le facilita el tránsito por esta vida. Aquí se aprecia las obras monocromas de Ana Peters y Salvador Victoria; piezas informalistas de Francisco Farreras y Darío Villalba; la 'Praescriptura', de Gustavo Torner; o la abstracción poética de Águeda de la Pisa. Y las obras integradas en la corriente geométrica de Monika Buch, Elena Asins, Carlos Evangelista o Jaume Rocamora, y el cinetismo de Marlon de Azambuja.

El último trayecto de 'Vanidades, intelecto y espiritualidad' finaliza como termina la vida del hombre: con la muerte y la esperanza. 'Estela', de Rafael Canogar, el 'Tríptico de las almas', de Javier Palacios y la lumínica obra de José María Yturralde, nos hablan de la muerte física, la persistencia del alma y de la unión con el Universo.

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