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El anillo ciclista sigue aumentando y, para este 2018, están previstos la creación de un total de 13 carriles bici. Un proyecto ambicioso, impulsado por la Concejalía de Movilidad del Ayuntamiento de Valencia, encabezada por Giuseppe Grezzi, que tiene como objetivo no sólo conectar toda la ciudad, sino también fomentar una movilidad más sostenible, respetuosa con el medio ambiente, y que cree, en palabras de Grezzi, ‘una ciudad más amigable para el peatón’. Así, y siguiendo en la línea que se lleva impulsando desde esta concejalía, Valencia contará, este año, con el primer carril bici compartido por autobuses y bicicletas.
Serán las grande vías Fernando el Católico y Ramón y Cajal las elegidas para llevar a cabo esta iniciativa. Y es que se trata de una de las zonas de la ciudad donde más tráfico se concentra, con una media de 50.000 vehículos al día. De esta manera, la construcción de un carril bici entorpecería más la circulación, al perder uno de los carriles, que podría generar atascos. Así, con esta opción, además de poner una solución a la continuación del anillo ciclista, no se realizarían modificaciones en los carriles, y los ciclistas podrían desplazarse con seguridad.
En este sentido, este primer carril compartido sería unidireccional, por lo que el carril bus de la derecha estaría reservado para desplazarse desde Plaza España hasta Nuevo Centro, mientras que por el carril bus de la izquierda, los ciclistas realizarían el trayecto contrario en dirección al centro de la ciudad.
Con un presupuesto de 32.000 euros, el Ayuntamiento de Valencia continúa llevando a cabo las propuestas más demandadas de los presupuestos participativos de 2018, ya que el carril bici por estas grandes vías fue uno de los proyectos que consiguió más apoyo vecinal. De esta manera, todo apunta que, antes de que acabe el año, se habrán realizado todas las actuaciones necesarias para que este carril bici compartido funcione correctamente. Para ello, además de pintarlo, será necesario señalización específica para conectar este novedoso carril con el carril bici que ya existe en Pío XII.
Todavía se está trabajando en el proyecto, pero los técnicos de movilidad apuestan claramente por este carril compartido. ¿Los motivos? Terminar con la inseguridad de los ciclistas, ya que se delimitaría su espacio con una línea roja, así como facilitar el desplazamiento en bici sin generar problemas en la circulación de los vehículos. Y es que, al final, se trata de crear una ciudad en la que todos tengan su lugar. Asimismo, esta iniciativa no supondría afecciones en la circulación de los autobuses, ya que las diferentes paradas que realizan durante este recorrido, no les permite conducir a una velocidad elevada.