Mercadona fue una de las primeras empresas que se ponía al frente en la eliminación de las bolsas de plástico en sus supermercados, sustituyéndolas por otras de papel reciclado. Ahora, la empresa valenciana Consum también se ha unido a esta iniciativa, y ya ha eliminado las bolsas de plástico en la compra online. Sin embargo, el adiós al plástico no terminará aquí, ya que paulatinamente también irá desapareciendo de sus tiendas físicas para sustituirlo por bolsas de papel reciclado aptas para la alimentación.
Y es que las bolsas de plástico tienen los días contados en España. Tanto es así que, a partir del próximo 1 de julio, los consumidores tendrán que pagar por cada bolsa de plástico que reciban, aunque sean las más pequeñas, que todavía se entregan de manera gratuita en los comercios. Tan solo se hará una excepción con las consideradas 'muy ligeras' (menos de 15 micras) y las 'gruesas recicladas' (más de 50 micras).
En 2021, las bolsas de plástico estarán prohibidas en toda España
Con esta iniciativa se pretende poner fin a un envase que, tal y como se ha demostrado, perjudica gravemente al medio ambiente por su baja reutilización. Sin embargo, esta medida solo es el primer paso para ir cambiando esta práctica, ya que será en 2021 cuando todas las bolsas de plástico estarán completamente prohibidas, a menos que hayan sido fabricadas con material compostable.
En la Comunidad Valenciana, el Gobierno ya ha anunciado que, a partir del 1 de enero de 2020, con el objetivo de favorecer el reciclado y la compostabilidad de los envases, protegiendo, así, el medio ambiente, se prohibirá la utilización del plástico de un solo uso. Una medidas, que vienen orientadas por la directiva europea, y que deberán ir aplicando los países comunitarios para fomentar los materiales biodegradables o de fuentes renovables para frenar el daño que está causando el plástico en nuestro ecosistema.
Afectará a productos como las cápsulas de café o los palitos de Chupa-Chups
Una prohibición que, como ya avanzamos en València Extra, afectará a productos tan cotidianos como las pajitas, los cubiertos y platos de plástico, los bastoncillos para los oídos, los palitos de Chupa-Chups o las cápsulas de café de un solo uso, siempre y cuando estén fabricadas con materiales difíciles de reciclar.