De alrededor de 25 minutos a apenas 5. Un importante ahorro de tiempo que repercutirá en la calidad de vida de los vecinos de Beniarjó y Real de Gandía gracias a la restauración del puente que conecta ambas localidades de la comarca de La Safor. Una intervención subvencionada íntegramente por la Diputación de Valencia, con una inversión de 452.981,76 euros. La infraestructura quedó gravemente dañada tras las lluvias del otoño de 2007, que provocaron el derrumbe de una parte del puente. Desde aquel momento, hace casi una década, el punto de unión entre ambos municipios ha permanecido en desuso tanto para el tráfico como para el paso de viandantes.
Una realidad que han sufrido los vecinos de estas localidades durante los últimos 9 años. “Ya era hora de que lo arreglaran, perdíamos mucho tiempo y teníamos que dar una gran vuelta para ir al campo”. Son palabras de Antonio, un agricultor de la zona que para acceder a sus terrenos debe cruzar el puente. Todos los días, durante estos 9 años, coge su motocultor para trabajar la tierra, teniendo que recorrer una distancia mucho más larga para llegar a su destino. De la misma opinión son otros vecinos de ambos municipios, que ponen de manifiesto el impacto favorable que la restauración de esta infraestructura tendrá para sus vidas.
“Se trata de una inversión que va a superar los 450.000 euros pero que va a suponer una gran mejora para todos los vecinos, tanto del Real como de Beniarjó”, ha destacado el presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez. De la misma manera, el alcalde de Beniarjó, ha señalado la relevancia de la obra para los habitantes de ambas localidades: “Han sido nueve años que la gente veía que se hacían muchos campos de fútbol con césped artificial, jardines y otras cosas, y esta, que era una infraestructura tan importante para los dos términos municipales, nadie la ponía en marcha”.
El puente presentaba daños en la estructura que lo hacían inservible, socavación en el lecho y sedimentaciones posteriores. El proyecto de reparación contempla la reconstrucción del muro que derruyó el agua y la colocación de un tabique de contención. También se reforzará la estructura con el afianzamiento de los vanos y la instalación de una escollera en la zona baja. El último paso será la colocación de barandillas y un paso peatonal que permitirá su uso en condiciones adecuadas de seguridad para vehículos y viandantes.