El otro día leí en un artículo de opinión que “ningún gobierno local tiene suficiente legitimidad para aprobar y ejecutar un presupuesto en contra del Pleno”, apreciación en la que estoy de acuerdo, pero después de la tramitación, negociación y desestimación de los Presupuestos 2017 del Ayuntamiento de Alcàsser me hace reflexionar.
El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alcàsser, con la responsabilidad de la gestión y con “minoría absoluta” presentamos en enero de 2017 un borrador de presupuesto, invitando a los 4 grupos municipales; PP, C’S, Gente de Alcàsser y Compromís, a hacer propuestas y enmiendas para elaborar el presupuesto definitivo que iría a Pleno. Después de dos meses de conversaciones con algunos grupos y de silencio por parte otros, y con la incorporación de todas las propuestas realizadas hasta esa fecha al documento definitivo, se llevó a Pleno, rechazándose este incluso por los grupos que habían incorporado sus propuestas, con unos argumentos bastante débiles, básicamente el no por el no.
Volvimos a abrir otra ronda de consultas y negociaciones, para salvar el presupuesto 2017, y después de aceptar casi todas las propuestas del documento presentado por uno de los grupos, algunas propuestas se modificaron puesto que no eran legales tal como se habían redactado y propuesto, nos encontramos con la misma negativa a la aprobación, alegando que las modificaciones de alguna de las propuestas presentadas “no respetaban los objetivos fundamentales por los que el Grupo Municipal las presentamos” (recordemos que no se ajustaban a la legalidad vigente).
Así que, después de medio año de trabajo, de conversaciones y de propuestas negociadas y aceptadas, Alcàsser no tendrá presupuesto para el 2017. Estamos trabajando con un presupuesto prorrogado, con las oportunas y necesarias modificaciones del mismo para que las personas de nuestro pueblo no sufran esta situación tan kafkiana, esperando que al presupuesto 2018 no le afecte el mismo mal.