Alrededor de 50.000 regantes llenaron ayer las calles de Madrid para pedir soluciones al Ministerio de Agricultura ante la acusada sequía estructural que padece la Comunitat Valenciana, Murcia y Andalucía. La concentración se ha producido enfrente de la sede del ministerio, cerca de la estación de Atocha. Entre la multitud de asociaciones que han acudido se encontraban las valencianas AVA-ASAJA y la Unió de Llauradors.
El portavoz del Círculo del Agua, la agrupación organizadora que aúna a los representantes de las tres comunidades autónomas por un trasvase Tajo-Segura, denunció lo que consideran una "locura" de falta de agua que achacan a la paralización del trasvase. El Levante "está harto de promesas incumplidas", aseguró, y sentenció que "no vamos a parar, aunque llueva, hasta que tengamos una solución definitiva y justa". Solución que tiene que venir desde el Ministerio de Agricultura, porque como aclaró, la agrupación ya le ha trasladado sus propuestas para aliviar la sequía.
@CarlosGlez2015
El secretario general de la valenciana Unió de Llauradors, Ramón Mampel, instó al Gobierno a atender "los problemas de los agricultores alicantinos" y a ejecutar soluciones "de forma urgente" para que "todos los regantes tengan el mismo acceso al agua con independencia del territorio de dónde son". Y recordó: "Sin agua no hay agricultura y sin agua no hay trabajo".
Y es que, según la organización, la sequía afecta a más de 30.000 familias en el sur de Alicante y a otras muchas que dependen indirectamente de la actividad agraria, como es la industria auxiliar o del transporte. “Están en juego la friolera de unos 1.000 millones de euros anuales en concepto de facturación hortofrutícola y que se encuentran en peligro si no tienen agua para regar. Está en peligro la huerta de Europa”, aseguró Mampel, quien afirmó tajante que “las Administraciones Públicas no pueden hacer oídos sordos a nuestras peticiones”.
Representantes de la Unió de Llauradors en Madrid
La jornada reivindicativa se inició en la plaza de Callao, Cascocorro y Lavapiés con el reparto de casi 30.000 kg de frutas y hortalizas con el objetivo de sensibilizar acerca del grave problema hídrico al que se enfrenta el sureste peninsular. "Los campos piden agua a gritos", gritaron los regantes en numerosas ocasiones.