El pasado sábado el presidente del Gobierno Mariano Rajoy anunció las medidas que se aplicarán con la activación del 155 si el Senado así lo decide. En esta cámara, el PP tiene mayoría absoluta y por tanto, la aprobación está asegurada al 99%. Digo 99% porque todavía quedan algunos resortes en el lado del Govern.
Puigdemont puede activar el botón de las elecciones autonómicas y por tanto, pararía de golpe el 155 aunque todo apunta que no lo hará. El Parlament celebrará un pleno donde se analizarán las circunstancias de este controvertido artículo 155 y las consecuencias del cese del Govern y de la autonomía de facto en Cataluña. Entramos en terreno desconocido porque nunca en la historia de la democracia se ha activado este artículo de la Constitución Española.
Los escenarios se vislumbran complejos porque seguimos en un auténtico choque de trenes sin ninguna posibilidad de diálogo. El Gobierno de Rajoy quiere restablecer la convivencia y la legalidad pero los efectos de este 155 son realmente muy duros y puede provocar el efecto contrario. El propio Govern de Puigdemont ya ha asegurado que no dejarán que liquiden la autonomía de los catalanes pero a priori la única vía para poder evitarlo es precisamente la activación de elecciones.
Sus socios de gobierno ya piden una DUI. Tanto ERC como la CUP piden que la declaración unilateral de la República Catalana sea inmediata y en los próximos días. Los efectos de esta DUI son sin embargo desconocidos. Si España no reconoce esta independencia, ¿En qué situación se encontraría Cataluña? ¿Veremos al ejército en tierras catalanas?
Sin duda, los efectos del 155 preocupan. El control de los Mossos o TV3 son solo la punta del iceberg de unas medidas que van a provocar mucho rechazo, de eso estoy seguro. Hemos dejado la posibilidad del diálogo aparcada por ambas partes. Este es un problema político que ya se ha convertido en social y sin duda entramos en un terreno desconocido en la historia de nuestra democracia.